Capítulo 1.

1310 Words
Samara Hervet. La lluvia cae torrencialmente, el viento azotaba de manera descomunal, mi cuerpo temblaba de frío pero justo ahí estaba parada, con mis labios morados, mi piel exigiendo calor, sin embargo no me quería mover de ese lugar ni mucho menos volver a aquel lugar. –Perra–aun escucho sus insultos, aún siento sus golpes en mi piel, aún escucho los gemidos de él cuando se enterraba en esa chica y luego esos disparos ese fue mi momento de huir. A los lejos 2 figuras veo acercarse, mi mente pedía a gritos que corra pero no puedo mi cuerpo no reacciona. —¿Estás bien?—escuchó a uno de ellos hablar. Un rayo se hace presente y por su leve luz logró observar sus ojos, los 2 tienen heterocromía. ¿Eso es posible? —Adiós.—Agito mi mano y con una sonrisa salgo de dónde nos estábamos escapando, ellos me sonríen y agitan sus manos. Por fin logró salir del parque, la lluvia ha cesado pero como si supiera lo que pasaría después, gotas gruesas empiezan a caer, rápidamente llegó a la carretera miró hacia ambos lados y como no veo carro cruzó. De la nada escucho el ruido de un carro y cuando miro hacia un lado viene a máxima velocidad, mis ojos se abren y de repente no siento nada, el frío ya no azota mis huesos, los sonidos se hacen lejanos. —Accidente automovilístico los presentes afirman que el carro salió de la nada y se dió a fuga.—por un momento es lo único que escucho —¿Estado?— —Por ahora estable doctor— Un pitido se escucha y el sueño me invade perdiendo el conocimiento de nuevo. —Chica caucásica, aproximadamente 15 años.—Siento que mi cuerpo es llevado rápidamente en algo —¿Estado?.—Le escuchó decir a otra voz. —Crítico doctor, debe ser internada rápidamente— Es lo único que escucho y luego nada. Despierto con la respiración acelerada, el sudor baja por mi frente cierro los ojos por un momento llevando una mano a mi corazón que late rápidamente. —Solo fue un sueño, un sueño que se siente muy real.—Niego apretando mis labios. Mirando la hora en mi reloj de pared observó que son las 5:30 AM, pero ya sabiendo que no volveré a conciliar el sueño me levanto y camino hasta mi cocina para buscar los medicamentos que estoy tomando desde que desperté en un hospital hace dos años. Me sirvo un vaso de agua y colocando las pastillas en mi boca pasó todo, un suspiro es liberado por mi, me estiró un poco empezando a caminar hasta mi cuarto de dibujo. Miro a Max que me sigue bostezando y sonrió. —Ya que no podré dormir y al parecer tu no ¿Que tal si dibujo un rato? .—Max ladra y sonrió.—De acuerdo manos a la obra.—Sentándome enfrente de mi lienzo tomó un lápiz y empiezo a trazar líneas. Max ladra animándome, sigo con lo mío sin saber que voy a dibujar, poco a poco empieza a tomar forma. El sonido de mi puerta siendo tocado me saca de mi trance, Max empieza a ladrar miro mi obra y me sorprendo lo que hay en ella. Dos miradas llenas de sentimientos, llenas de tantas cosas, aquellos ojos que tanto sueño. Levantándome de mi silla y agarrando el lienzo lo coloco con los demás. Un poco apartado del resto de mis pinturas. El timbre vuelvo a sonar, con golpes en la puerta acelerados. —Ya voy— Paso al lado de Max que se coloca a mi lado al llegar a la puerta y la abro sin ver, si Max se agita tanto es porque es Enzo. —Me salvé por los pelos.—Cierra la puerta abruptamente. —Una cita desastrosa. —Me recuesto en la pared. —La peor de todas,esa tipa está loca no me dejes salir nunca más en citas.—Se coloca a mi lado —¿Qué haces despierta tan temprano?— —No logré dormir.—Me encojo de hombros alejándome, caminando hacia la sala sentadome en el sillón. —A las nueve tienes una cita para vender uno de tus cuadros .—Cierro mis ojos y respiro. Con mi cuerpo adolorido camino hacia mi cuarto siendo seguida por los únicos dos hombres de mi vida, me adentro a mi baño, pero me detengo mirando a Enzo. —Vas conmigo— Cierro la puerta escuchando sus quejas. Recogiendo mi cabello rojo en un moño me introduzco a la ducha, el agua fría invade mi cuerpo, me enjabono para luego meterme nuevamente debajo de la regadera. —¿Sabes? Aún no he comido .—Camino hacia mi closet amarrado bien mi toalla. —¿Tengo que comprar algo cierto? — —¿Qué comes que adivinas? —Él solo rueda los ojos. -Busco en mi closet que ponerme y resopló, le echo un vistazo a la hora ocho en punto. Bien tengo que apurarme, no puedo llegar tarde. Después de tanto buscar me visto con un vestido de flores, blanco que puede utilizar sin sostén, unas bragas blancas y unas zapatillas negras. Me acerco a mi tocador buscando que hacerme en el cabello. —Bueno qué hago contigo— Miró mi cabello sin saber qué hacer. —Hazte una trenza de lado— —Por fin dices algo productivo — Le saco la lengua mientras él me enseña el dedo medio. Haciéndole un poco de caso, me hago la trenza dejando algunos mechones de mi cabello por fuera.. —¿Qué tal?—Lo miró y él asiente. Me echo un poco de perfume y salgo, pero me detengo de inmediato mirando a mi hermano. —¿Irás así? ¿Sin bañarte?— —Dame cinco .—Se da la vuelta corriendo hacia su cuarto. Lo sigo y me meto en su closet buscando algo. Tomó una camisa blanca y unos pantalones negros, unos zapatos negros y una chaqueta de cuero n***o. Se lo dejo en la cama y me doy la vuelta caminando hacia la cocina sacando un poco de agua. Al salir me guiña un ojo, ruedo mis ojos y lo hago agacharse, acomodo su cabello y sonrió orgullosa. —Mejor .—Tomando las llaves de la casa y la correa de Max salimos. Nuestro camino se hace corto cuando se estaciona en una cafetería. —Nuestro desayuno.—Mueve la bolsa. —Rápido que llegaré tarde.— Enzo no tarda mucho en estacionarse en una galería, dónde afuera nos espera mi mánager/mamá con los brazos cruzados. —Ya era hora dos minutos tarde.—Mira a Enzo y yo solo río. -Hola mamá, nosotros estamos bien ¿Y tú cómo estás?—La ironía es palpable en la voz de Enzo. —Contigo hablaré luego— Él solo alza sus manos en alto de forma en rendición pero con una sonrisa plasmada en su cara levemente llena de pecas. —Vamos los señores Valgort nos esperan.—Se da la vuelta—Y traigan el cuadro.—Enzo se apresura hacia el Jeep. Justo a tiempo. El cielo se torna n***o y unas gotas empiezan a caer y una lluvia torrencial nos invade,un frío me recorre y una extraña sensación me corre. La lluvia es como la de mis sueños, mi corazón por extraño que parezca empieza a latir rápido y un nerviosismo me invade. No me gusta la lluvia. Siguiendo a mi hermano y madre que está un poco más lejos ingresamos a la galería, las pinturas nos reciben. Dos figuras se hacen presente y al estar cerca de ellos el color de sus ojos me roba el aliento. Extremadamente hermoso y un tanto familiares se me hacen.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD