Capítulo 34 Tratar de convencerla de que haga lo que quiero sin volverme del todo loco es una tortura, ahora mismo solo quiero sentir su interior en mi pene que está al explotar. Sin embargo, algo me dice que va a valer la pena cuando al final de su brazo a torcer. – ¿no te parece que ya tengo bastante en lo que pensar? – me pregunta ella cerrando los ojos, la miro para deleitarme con sus finas facciones – No, aún no es suficiente – la estoy tratando de manera delicada, como lo haría con una novia de preparatoria. Sé que ella es bastante inocente y no quiero que se asuste, no es mi propósito para nada – ¿Cuándo va a ser suficiente? – abre los ojos para mirarme – Ya tienes esa respuesta, no se para que preguntas – ¿es decir que si te afirmo que cuando nos casemos seremos como cualquie

