Mi padrino, don Paolo Rossi

PRÓLOGO

Milán, Italia

— ¡Te amo padrino con todo el corazón! Pero tengo mucho miedo que mi padre sospeche de nuestra relación. —Le dice Alessandra expresando desosiego y temor en su hermoso rostro.

— ¡Lo sé mi querida Alessandra! Si mi amigo llega a sospechar de nuestro amor seguramente se va a poner en contra mía. —Don Paolo responde contemplando su mirada con dulzura los ojos de ella.

—Mi amor es mejor irnos pronto de aquí, tengo el presentimiento que mi padre está por venir. —Ella responde colocando la cabeza en los hombros y luego le besa apasionadamente.

La hermosa y elegante Alessandra Calderone es hija del poderoso capo de la mafia italiana don Franco Calderone. Es alta, de contextura caucásica, ojos marrones claros, cabello largo color castaño, sus labios gruesos son rojos como el carmesí y el cuerpo bien formado. Posee fortaleza mental, por lo que no duda de sí misma, es valiente e independiente.

Viste con un traje n***o con rayas color blanco, corbata gris, tacones largos color n***o y usa un sombrero en forma de copa del mismo color. Siempre carga una automática 9 mm en la cartera.

Ella es la ahijada de don Paolo Rossi pero a la vez su amante secreta. Don Paolo conocido como el rey de la mafia en toda Europa, es el nieto del legendario “Al Capone”. Su vasto imperio abarca por casi todas partes del mundo. Es alto, contextura delgada, rostro serio y mirada insondable, de ojos y cabello oscuro.

Viste por lo general con un clásico terno n***o y sombrero del mismo color, camisa blanca con un corbatín color dorado, en el bolsillo del chaleco lleva siempre una rosa roja. Su carácter es imponente, enérgico pero un loco romántico a la vez aunque muchos lo duden.

— ¡Hazme tuya nuevamente padrino, siento ardor en mi cuerpo! Soy un fuego consumidor que desea ser tocada con tus caricias. —Alessandra le dice con loca pasión rosando sus dedos por los labios.

—Como lo desees mi bella ahijada. ¡Eres tú la pasión que da vida a este bohemio vividor! —don Paolo lame suavemente los dedos de Alessandra mientras le mira fijamente a los ojos.

— ¡Sigue padrino! ¡Sigue! No aguanto más, quiero tenerte dentro de mí. ¡Te amo con todo el corazón! —Alessandra le susurra eróticamente en los oídos y le muerde ligeramente.

— ¡Desnúdame mi amor! ¡Desnúdame! Que importa si el mismo infierno se abre en este instante por nuestro pecado, solo quiero hacerte el amor. —Le dice don Paolo manteniendo el tenso del labio superior al controlar sus sentimientos.

— ¡Si padrino! ¡Si! Desnúdame tú también y unamos nuestros cuerpos en esta loca pasión. Envuélveme en tus brazos amado mío. —Ella le quita la ropa con violencia arrojándola en el piso.

Ambos están completamente desnudos, es la segunda vez que hacen el amor. Don Paolo se hace uno solo con Alessandra, los gemidos de ella se escuchan. Él la besa con ardor y sentimiento profundo.

Aquellos perfectos bustos son tocados con dulzura mientras ella acaricia los cabellos de él. Don Paolo pasa la lengua por el cuello de Alessandra, los quejidos van en aumento.

— ¡No te detengas padrino! Estoy tocando el cielo con las manos. Me elevas a lo más alto con tus besos y caricias. —Alessandra está a punto de llegar al clímax del máximo placer.

—No puedo seguir mi amor, no quiero regar mi semilla dentro de ti. Tener un hijo sin duda alguna tu padre nos matará a los dos. ¡Te amo demasiado para hacerte semejante daño! —Don Paolo con lágrimas en los ojos se detiene abruptamente.

— ¡Quiero un hijo fruto de nuestro amor! Riega tu simiente en esta tierra fértil. ¡Hazlo! ¡Hazlo! —Alessandra lo presiona con fuerza no dejándolo terminar afuera de su venus.

De pronto suenan golpes duros en las afueras de la oculta residencia, parece ser diez gánster rodeando todo el lugar. Todos van vestidos con trajes oscuros y ametralladoras GAU-8 Avenger las más poderosas del mundo.

Alessandra se levanta asustada al igual que don Paolo. Ella comienza a vestirse apuradamente y él semidesnudo huye por una puerta secreta sin antes decir:

—Es la gente de tu padre amada mía. Es mejor irme antes que sepa que soy yo quien hizo suya a su hija favorita. ¡Te amo mi pequeña ahijada! —Don Paolo besa nuevamente con profundo ardor los labios de Alessandra.

— ¡Huye rápido padrino! Están entrando se los escucha al bajar las gradas. ¡También te amo vida mía! —Alessandra no deja de besar a don Paolo con insaciable deseo.

Don Paolo sale huyendo solamente con los pantalones puestos, Alessandra se levanta de la cama para acabarse de vestir. En ese instante rodean los gánster a la hermosa mujer. Todos guardan silencio esperando la entrada de don Franco Calderone.

Su imponente presencia hace temblar de miedo aun al más duro corazón, con casi dos metros de alto al poderoso capo se lo puede describir con traje color blanco, camisa negra con botones de oro, zapatos negros de charol, una pesada gabardina gris y lleva consigo dos armas la Beretta 92 F y la Walther P99.

Tiene la mirada de terror, es arrogante y refinado.

— ¡Hija mía! ¿Dónde se esconde ese mal nacido? ¡No lo sigas ocultando! —Él le responde con la voz enérgica de lo disgustado que está.

—¿No sé de qué hablas papá? Yo estoy sola aquí haciendo cosas personales. —Ella le dice con tímida y temblorosa voz.

— ¡No me mientas Alessandra! Tú acabas de estar con un hombre aquí, mira la camisa y el sombrero. — Su voz es abrupta por lo enojado que está.

—Lo siento mucho papá, yo amo a esa persona. —Ella le contesta con los ojos húmedos de tristeza.

—Alessandra tú sabes que estás comprometida con el hijo de mi mejor amigo Paolo Rossi. ¡No es justo que nos hagas esto con aquel desconocido malandrín! —Don Franco baja el tono de la voz tranquilizando la situación.

—Giuseppe, Gatuzo y Filippo ¡Vayan tras el desgraciado que lo quiero muerto! ¡Me oyeron! —Nuevamente don Franco se muestra enfadado al ponerse la frente tensa.

Enseguida los tres gánster van tras el amante desconocido. Nadie sospecha que se trata de don Paolo Rossi el padrino de Alessandra. Mientras tanto ella se arrodilla delante de su padre pidiendo piedad por la vida de su gran amor.