MI PADRINO

1037 Words
Narración de Alessandra Calderone (La protagonista principal) —Papá pronto llegan los invitados, espero todo esté en orden. ¡Luces también guapo! —Le digo con voz tierna y afectuosa. —Gracias Alessandra, no cabe duda que somos una familia de guapos y guapas. —Papá me responde expresando satisfacción en el rostro. Luego de dialogar con papá me voy un rato a la recámara para darme los toques finales, quiero que mi padrino me vea hermosa y reluciente. ¡Te amo tanto Paolo que por ti hago lo que sea! Sé que ahora también viene Filippo mi prometido, no niego que mis sentimientos hacía él son fuertes, pero no tanto como por mi padrino. Tengo miedo que este lío amoroso resulte dañino para los tres. Esto me pasa por no frenarle a tiempo a papá en su tonta obsesión por mantenerse en el mundo de la mafia, al principio junto con mamá hicimos todo lo posible para alejarlo de esa gente, sin embargo, al pasar los años también me he vuelto parte de ese mundo. Es verdad lo que dice este viejo proverbio: “El que se junta con lobos tarde o temprano aprende aullar”. Eso pasa ahora, me visto como una respetable mafiosa y tengo mucha gente a mi servicio. Pero tengo la esperanza que algún día nos vamos alejar de este mundo e iremos a vivir en paz en un lugar desconocido. Si mi sueño se hace realidad me voy con mi padrino aún al mismo infierno para estar juntos por toda la eternidad. Tanto mi padrino como Filippo los conocí en ese mundo, es la manera como me enganché con los gánster, capos y mafiosos. Los dos son guapos, inteligentes, temerarios y varoniles. Aún recuerdo aquel día cuando se me cayó el pañuelo y Paolo gentilmente me alzó. La mirada se me tornó nublada al mirar sus ojos, todo se paralizó en esos momentos. Mi padrino me volvió loca desde la primera vez que nos conocimos, es indescriptible lo que sentí en el alma aún más cuando besó delicadamente mis manos al saludarme. Una corriente me pasó por todo el cuerpo llegando a mi venus, la sangre me ardía como un fuego consumidor. Detrás de él otro varonil hombre le seguía, era Filippo tan elegante y apuesto como siempre. Ambos me impactaron pero mi preferencia siempre ha sido Paolo. Son varios días que no lo he visto desde aquella vez que hicimos el amor en nuestro escondite secreto, cuando llegó mi padre de forma inesperada con su tropa de gánster para interrumpirnos. Era cuestión de minutos para que Paolo regara su semilla dentro del vientre pero tuvo que salir huyendo. Solo en pensar como aquella vez nos devoramos vivos se me quema la piel, ¡cómo te deseo! Mi carne pide a gritos sentir el calor de tu cuerpo abrigando el mío. ¡Paolo! ¡Paolo! Eres mi fantasía hecha realidad. —Señorita Alessandra los invitados están empezando a llegar, don Franco la llama para recibirlos en la puerta principal. —Es Borguini el mayordomo que interrumpe mis reflexiones. —Gracias Borguini, dile a papá que en cinco minutos bajo. —Le respondo gentilmente. Estoy ansiosa por ver llegar a mi padrino. En las afueras de la mansión los lujosos autos comienzan a llegar, el círculo más íntimo de las amistades papá vienen con sus voluptuosas novias. Todo el lugar está cercado con cientos de gánster y docenas de guardaespaldas, uno a uno los más eminentes mafiosos venidos de toda Europa se bajan de los coches. Pompini, Donadoni, Rocco, don Carlo, entre otros. Lucen pomposos cogidos de los brazos de sus mujeres, hombres corpulentos los custodian. Sus vestimentas son lujosas y refinadas. Varios de ellos se saludan cordialmente, cada uno demuestra respeto por el otro. Papá se acerca dándoles la bienvenida, yo hago igual. Los meseros hacen pasan a los invitados a la sala de eventos, se sirven bocaditos, alguna bebida y otros fuman habanos. La música se escucha de acuerdo al gusto de los presentes, por lo general son temas de los años 40s. Estoy atenta por la llegada de mi padrino, está tardando un poco espero no demore. Por la felicidad que veo en el rostro de papá estoy segura que ahí llega Paolo con mi prometido Filippo. — ¡Alessandra! ¡Alessandra! Tu prometido acaba de llegar. —Me dice mi padre. Desde lejos miro venir a Filippo, es muy guapo y seductor. Es alto de ojos verdes claros, con cabello castaño lacio peinado hacia atrás, tez blanca y mirada encantadora. Su voz es masculina y viril. Está vestido con traje gris oscuro, chaleco del mismo color, camisa negra y corbata plateada con rayas. — ¡Mi dulce corazón! Han sido días sin podernos ver, extraño tu agraciada mirada y tu reluciente sonrisa. —Me saluda Filippo con voz seductora que provoca fascinación. —Filippo gracias por tus tiernas palabras, te ves guapo como la primera vez que nos conocimos. —Le contesto con la voz agradable, suave y cariñosa. — ¡Mi amor mira quien vienes tras de mí! —Me dice Filippo sonriente. “Es mi padrino el deseado de la noche, por fin estás presente mi amor”. Digo en mis adentros. — ¡Padrino! Un gusto tenerte en esta importante celebración. —Le digo expresando en la mirada lo locamente enamorada que estoy de él. —Alessandra mi ahijada favorita, tan hermosa y elegante como siempre. Me alegra verte a los tiempos. —Los ojos de mi padrino brillan con intensidad. Toda mi vida se tiñe de colores cuando tengo cerca a mi padrino, es como si tuviera nuevamente esa ilusión de una quinceañera cuando llega su primer amor. Papá y Paolo se abrazan con todo cariño, son grandes amigos. Se respetan y se admiran mutuamente, son los capos más influyentes en toda Europa. Mientras tanto Filippo me lleva de la cintura para sentarnos en la mesa principal. Mi padrino me regresa a ver de reojo, yo con la mirada al disimulo le hago entender lo mucho que lo amo. Parece que acaban de llegar los músicos de jazz, en la tarima prenden luces de todos colores para dar comienzo la gran celebración.
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