El concierto II

1068 Words
- No te alteres, Pauli, ya estamos aquí y la verdad yo también le tuve que dejar número telefónicos a mi mamá y te ves preciosa, no pareces una niña, así que tranquila, ahora vamos a disfrutar el momento y a tomarnos muchas fotos. – Lorena siempre buscaba la manera de levantarme el ánimo, aun cuando yo sabía que se había escapado de casa y que no había dejado ningún numero telefónico, aunque su mamá hubiera sabido que va a un concierto lo mas probable es que no le hubiera pedido números de teléfonos. Siento como si en aquel momento toda mi vida y mi completo ser se basaran en un hubiera. Aquel día a ninguna de nosotras subieron al escenario y creo que mi furia la quería sacar contra mi mama culpándola por que no tenia buena suerte en prácticamente nada. - Estuvimos cara a cara con ellos, demasiado cercanos para ser real. – Romina no podía contener su felicidad mientras afuera esperábamos el auto de mi madre, al parecer estaba en la otra entrada y debía darle toda la vuelta, pero no importaba, así parecía que no estábamos esperando a un familiar, parecía que estábamos esperando el taxi como la mayoría de los que estaban ahí. Un auto que iba pasando, se detuvo justo frente a nosotras y dijo vulgaridades que no me atrevo a repetir, algunas prácticamente no las escuche, se que Romina les grito algo, pero no escuche muy bien que fue. Aquello nos amargo ligeramente el concierto, yo no sabía cómo reaccionar, me sentía segura por que estaba con mis amigas, pero en soledad creo que me hubiera quedado pasmada he inmóvil. Por fin llego mi mama, no sabia si contarle lo que nos acababa de pasar, me subí en silencio en el carro junto con mis amigas, una a una las comenzamos a dejar en sus respectivas casas, donde salían sus mamás para agradecerle a la mía que las había llevado y traído con bien, cuando por fin llegamos a mi casa, aun no estaba decidida a contarle, me daba miedo que esto justificara el actuar sobre protector de mi madre y menos me dejara salir. Ya había visto a bastantes chicas mayores que yo hacer señas con las manos o contestar con groserías a ese tipo de actuar masculino, así que supongo que debía ser normal y que solo debía aprender a contestar para no verme chiquita y como una presa fácil de devorar. Después de aquel razonamiento, que es bastante ilógico y peligroso, opte por tomar la peor de las decisiones y quedarme callada, no le dije absolutamente nada a mi madre, ni si quiera volví a comentar lo sucedido con mi madre. Sentía que algunas de las cosas que había vivido en la escuela eran comparables con este momento, pero eso es algo que narrare . después. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . Al día siguiente no paso nada verdaderamente relevante, pero cuando volvimos a clases, el lunes, nos tocaba la materia de deportes, para la cual debíamos llevar short largo y que por algún motivo, como están de moda las piernas largas, la mayoría de mis compañeras los habían cortado, algunas muy mal, otras habían tenido el consentimiento de sus padre y entonces las habían llevado con un sastre para que el short no quedara exageradamente corto y chueco. Como era de suponer mi madre no me dejo cortarlo, el primero si lo corte y se enojo tanto conmigo que me hizo pagarlo con mi dinero, no pude comprarme nada en la escuela por un mes, así que no tenía muchas ganas de volver a pasar por lo mismo y era prácticamente la única que lo llevaba largo. - Pareces mona, Paulina. – Uno de mis compañeros comenzó a reírse. - es triste que tu madre te vea como una niña, eres una ridícula. – Camila era una compañera bastante cruel, era la encargada de hacernos sentir mal a la mayoría de nosotras. Era lo que se consideraba bonita, de una familia con una económica bastante buena, así que básicamente y en palabras breves nadie se metía con ella, aparte de que si era buena estudiante eso era algo que no se podía negar, sus notas eran bastante altas, era participativa y tenía madera de líder, lo opuesto a la mayoría de nosotras. No es como si la mayoría me hubieran tratado mal, eso sería victimizarme cuando yo también fui participe de mucho abuso en aquel entonces, también me burle de la vez que a una compañera se le rompieron los zapatos porque no eran de buena calidad o cuando tembló y todos nos burlamos de Luis, un compañero corpulento, pues decíamos que se había caído y con su peso había movido la tierra. Aquí me gustaría hacer un paréntesis a mi historia, me parecía completamente normal este actuar, creo que para todos mis compañeros era normal hacer énfasis en las diferencias, se trataba de burlarse del alto solo por ser alto y del bajo solo por no ser alto, así como del delgado o del corpulento y se que estaba mal, pero en esta sociedad es algo normal. Se debería mejorar a medida que el tiempo va en avance, pero pasa lo opuesto terminamos siendo mas clasistas, interesándonos en los vienes materiales y en el físico que esto nos puede generar. En mi caso, mi familia no tenia suficiente dinero para los lujos que la familia de Romina, ella si tenia dinero para viajes en el extranjero, pero tampoco éramos precisamente pobres, podíamos vivir comodamente y esto no me generaba burlas, pero lo que si me generaba la burla de mis compañeros era el hecho de que mi mama me fuera a dejar a la puerta de la escuela, todos decían comentarios tontos sobre que si no me sabia el camino a la escuela, que si me daba miedo salir sola y que si aun dormía en la cama de mis padres, todo el tiempo me hablaban como si fuera una bebé, era tan molesto, en aquel entonces sentía como si se me fuera a acabar el mundo por estas cosas…. Que tonta fui, sin darme cuenta que lo que mi mamá hacia no eran gestos de vergüenza, eran gestos de su gran amor por mi.
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