Al día siguiente
New York
Williams
Después de aquella charla con Adriana me es imposible no pensar que puedo perder a Margaret, vivo aterrado porque en cualquier momento salga corriendo, pero lo peor fue cuando tuvo mi diario entre sus manos, hasta por un segundo creí que lo hojearía sintiendo un sudor frio recorrer mi cuerpo, sobreviví a ese momento que me pareció una eternidad, aunque no terminó, debo hablar con ella cuanto antes, incluso no puedo seguir aplazando lo inevitable, y hoy lo haré cuando nos veamos en nuestra cita, en la noche.
En fin, en este instante termino de desayunar levantándome de mi puesto, hasta que soy sorprendido por una palmada en mi hombro de Charlie, para después escuchar su voz.
–Buenos días Williams, anoche no te escuché llegar, más claro no nos vemos h
