Corro sin mirar atrás. Mis pulmones arden por la falta de oxigeno. Casi llego a la casa. Doblo la esquina y choco con el pecho de alguien. El impacto hace que pierda el equilibrio y termino en el suelo. Miro frenética hacia arriba. Christian preocupado, se inclina para quedar a mi altura. - ¿Estás bien? Alterada, miro hacia atrás. Suspiro aliviada, afortunadamente nadie me siguió. Me giro en dirección a Christian. - Aparte del dolor en el culo, si estoy bastante bien. Frunce el ceño - No tienes por que hablar con vulgaridad Amelia. ¿Sucedió algo?. Te veo bastante agitada. Tengo un nudo en la garganta debido a la adrenalina. Pero después de todo el desdén con el que me ha tratado estas últimas semanas, no quiero que me vea vulnerable. - No es nada - digo poniéndome de pie. En