“El diagnóstico no es bueno”
La certeza de esas palabras me crea un nudo en el estómago. Veo a mi hijo, que en estos momentos duerme en los brazos de su madre.
¿Cuántas veces más tengo que equivocarme?
El médico escribe una solicitud con todos los análisis extra que Damián necesita para confirmar el diagnóstico.
Salimos del consultorio. Conduzco hacía la casa de Claudia para dejarlos a ella y al bebé. No hemos dicho una sola palabra en todo el camino. Al llegar, salimos del auto y entramos a la casa.
Claudia sube a la segunda planta para dejar a Damián en su cuarto, escucho como le da indicaciones a la niñera.
Camino hasta el despacho de Patrick y entro. Me sirvo dos dedos de whisky y llevo el vaso a mis labios. El fuerte brebaje me quema la garganta.
La puerta se abre y Claudi
