Amelia Siento que mi corazón va a estallar. Como si me hubieran dado un puñetazo en el pecho. No puedo respirar y un gran vacío se instala allí. Miro a Dante, no sé que más decir ya que él no ha vuelto a pronunciar palabra. Permanecemos en silencio durante varios minutos. Miro alrededor y no hay nadie a los alrededores. Pasa el tiempo y poco a poco salgo del shock en el que me encuentro y regreso a la realidad. Movida por el instinto, me levanto del banco y aliso mi falda. Guardo los documentos del divorcio que acaba de entregarme en mi bolso. -Es todo entonces La mirada de Dante está perdida en la lejanía, pero al escuchar mi voz voltea para mirarme y por su manera de hacerlo sé que quiere decirme algo, pero al final no lo hace, sólo asiente. -Me voy, adiós Dante. D