Miro a Dante sin saber que decir. Está situación es muy incómoda y lo último que quiero es tener una dicusión frente a Christian y que mañana se enteren todos los empleados. Christian se da la vuelta para mirar a Dante, me acerco a su lado y lo tomo de la mano. La mirada de Dante se desvía hasta nuestras manos entrelazadas. - Ahora mismo no estamos en horario laboral, por lo tanto, no tengo porque darle los detalles de mi vida privada - replico algo insegura de su reacción. Casi puedo escuchar como rechinan sus dientes. - No sabía que ustedes se conocían. Nunca lo mencionaste. Volteo para mirar a Christian y este parece bastante relajado, lo que calma un poco mis nervios. Abro la boca para decir algo pero él se adelanta. - Como Amelia ya puntualizó, en su momento no juzgé nec