Valerie por fin había llegado a la casa de su ligue. Después de todo el día trabajando llegó completamente empapada en sudor. Estaba deseando meterse en la ducha y ahí estaba él; con una sonrisa de oreja a oreja y con esa camiseta gris que le encantaba tanto a la chica, que hacía resaltar sus brazos torneados, ligeramente empapada en sudor… acababa de llegar del gimnasio también.
- Mierda — pensó Valerie.
Podía recordar esos mismos labios recorriendo el interior de sus piernas y sus oscuros ojos aguantándole la mirada. Un entrañable beso en la frente seguido de un dulce beso en los labios la sacó de sus pensamientos rápido.
- ¿Has tenido un buen día en el trabajo? — Le preguntó Paulo rodeándola con sus brazos y besándole la mejilla.
- Los he tenido mejores y te he echado de menos — Respondió haciendo pucheros — Necesito una buena ducha — Dijo sonriendo y besándole de nuevo en los labios. No podía parar de pensar en morderle el labio inferior, pero decidió ser buena.
- ¿Te acompaño? – Preguntó con una sonrisa divertida y besándole el cuello despacio, poco a poco llegando hasta el lóbulo de su oreja izquierda, sujetándolo entre sus dientes. — Sabes lo mucho que me gusta ducharme contigo.
El chico sabía que podía excitarla rápido. Nada más empezar a besarle el cuello notaba como las braguitas de Valerie se humedecían, haciéndola suspirar… La chica recordaba su cuerpo mojado contra la pared, gimiendo en su mano mientras Jon la penetraba desde atrás, dejándole una pequeña marca en el hombro.
- No gracias, quiero una ducha rápida — Dijo besándole en los labios de nuevo a Jon.
El la abrazó, Valerie iba notando su lengua ligeramente jugando con la suya, moviendo su mano derecha lentamente hacia su culo. Le dio un último beso en la mejilla y se dirigió a la ducha, mientras Jon la miraba con ojos tristones. Valerie no podía negar que le encantaba no darle lo que quería.
Valerie se fue desnudando poco a poco, escuchaba el agua fría correr. La relajaba mucho y con 40 grados fuera de casa no le apetecía una ducha con agua caliente. Entró directa, notando como el agua helada le recorría las mejillas y los labios. Tomó un poco de gel con aroma a mango y comenzó a enjabonarse. Recorría su cuello, lentamente hacia sus pechos, su vientre, hacia sus piernas. Dirigió su mano lentamente por dentro de sus piernas notando una ligera humedad, hasta notarse el clítoris. Gimió despacio, no dejaba de pensar en Jon y más escenas en la ducha se le pasaban por la cabeza. Su boca mordiéndole el cuello, su dedo índice introduciéndoselo lentamente en la boca, succionándolo mientras la sujeta por la barbilla con su otra mano, mirándola a los ojos… Sin darse cuenta estaba completamente empapada y ya llevaba 10 minutos en la ducha.
Salió y se puso la primera camiseta que encontró, una de las camisetas enormes de Jon y unas braguitas grises con florecitas blancas que le hacían un buen culo además. Se tumbó en el sofá, le apetecía ver algo en Netflix pero no sabía que, estaba agotada del trabajo. Jon se presentó en el salón sin camiseta a darle un beso a Valerie antes de ducharse.
- Ahora me toca a mí ¿segura que no quieres unirte? — Le preguntó dándole un beso en la frente.
- No pero te espero aquí, date prisa — Respondió haciendo pucheros. El chico la besó en los labios y se fue refunfuñando.
Valerie terminó poniendo The Blacklist, sabiendo que no iba a durar mucho despierta. Al cabo de diez minutos y con sus ojos casi cerrados notó el cuerpo de Jon cerca de ella y la envolvió con sus brazos. El cuerpo de Jon estaba húmedo, recién salido de la ducha. Valerie se giró hacia él, se besaron lentamente y las piernas de la chica se entrelazaron con las de él. A pesar de llevar ropa interior ella notó su erección frotándose contra ella, levemente. La mano izquierda del chico se introducía por la camiseta de Valerie, rozándole los pechos, jugando con la yema de sus dedos en sus pezones poniéndolos duros y pellizcándolos suavemente, haciéndola gemir.
- No sabes las ganas que tenía de tenerte conmigo — Le dijo al oído, mientras su mano derecha le rozaba disimuladamente las braguitas a Valerie, una y otra vez, haciendo círculos, hasta que una pequeña humedad empezó a dejarse ver.
Una vez habiendo llamado la atención de la chica, la mano de Jon se dirigió al culo de Valerie, recorriéndolo, introduciéndose dentro de las braguitas de la chica… El dedo índice jugando alrededor de su ano hizo que ella se revolviese y sonriera.
- ¿Sabes que te he comprado una cosita? — Jon le dijo sonriendo. Valerie le miraba confusa; estaba totalmente roja, respirando agitadamente. — Dame un momento, túmbate de espaldas — Le dijo levantándose del sofá, dirigiéndose hacia la habitación.
“¿Qué narices me habrá comprado? “— Pensó Valerie.
Tenían un vibrador y lubricantes de distintos tipos, pero no se le ocurría que podía ser. Escuchó los pasos de Jon, pero no podía verle estando de espaldas. Valerie notó cómo se colocaba justo detrás de ella, besándole la nalga derecha y sus dientes, dándole un mordisco. Valerie se quejó, le había dolido. El se rio y le dio otro beso. Apartó las braguitas hacia un lado empezó a darle un masaje con sus manos, de arriba abajo, con su dedo índice y anular introduciéndoselo dentro de ella, haciéndola gemir fuerte.
- Silencio, apenas hemos empezado – Le dijo mientras suavemente la penetraba con los dedos, mojándose con los fluidos de la chica.
Pronto escuchó ella misma el sonido de su humedad, de los dedos de Jon introduciéndose dentro de ella, haciendo que se mordiera el labio inferior. De repente, los sacó para jugar con su dedo índice alrededor del ano de Valerie. No lo introducía, sólo hacía círculos, notando como Valerie entraba en tensión.
- Relájate cielo — Susurró, cogiendo un poco de lubricante y poniéndolo directamente sobre el ano de la chica. Valerie no tardó en sentir el frío contacto del gel en su piel, pero la sensación no le desagradó.
Escuchó el sonido de algo abriéndose, parecía una caja. En ese mismo momento Valerie se acordó. Hacía un par de semanas que habían pasado por una tienda erótica y habían visto una serie de juguetes, le llamó la atención en concreto un discreto plug anal de metal, pequeño, plateado, con una bonita piedra azul turquesa en la base. Pensaron en comprarlo, pero decidieron que ya lo comprarían en otro momento. El frio contacto del plug jugando en la entrada del ano de la chica la alejó de sus pensamientos, mientras el dedo índice de la mano izquierda de Jon estaba dentro de ella. La escuchaba gemir, sabía que lo estaba disfrutando. El contacto era agradable, notando como muy lentamente el plug se introducía dentro ella, mientras Jon jugaba con su dedo, notando su mano empapada gracias a ella. De repente, Valerie sintió el plug dentro de su ano, totalmente acomodado. Con la base, empezó a jugar en círculos, sacándolo despacio e introduciéndolo de nuevo. Valerie notaba la erección del chico entre sus labios totalmente empapados; estaba tan absorta que no se había dado cuenta de que se había quitado la ropa interior. Cada vez gemía más fuerte. Jon le recogió el pelo a Valerie con cuidado y la atrajo hacia él.
- Te sienta muy bien el azul, ¿sabes lo apretadita que estás? — Con su mano derecha colocó su erección justo a la entrada y empezó a introducirse dentro de ella, haciendo que esta diese un grito de placer, notando como se hacía paso en su interior, sujetándola por el hombro y la cadera. Jon jadeaba, introduciéndose un poco más hasta estar completamente dentro, con sus testículos chocando contra Valerie.
Lentamente comenzó a moverse, jugando con el plug, haciendo que las piernas de Valerie temblasen. Esta dirigió su mano hacia su clítoris y comenzó a tocarse, con ambos agujeros llenos sabía que no aguantaría mucho.
- Más rápido — Suplicó Valerie sin dejar de tocarse.
- ¿Cómo dices? – Le preguntó sujetándola por la barbilla sin dejar de moverse – Pídemelo en condiciones.
- Más rápido por favor – Le suplicó nuevamente, llegando al borde del orgasmo.
- Esa es mi chica – Le susurró Jon besándole el cuello y penetrándole más rápido, sujetándola fuertemente por las caderas.
Con los ojos en blanco y con un gran gemido Valerie acabó corriéndose, apretando sus piernas y por consiguiente su interior, haciendo que él se viniera casi a la vez. Extasiada en el sofá y con el encima de ella, esta notaba como eyaculaba dentro, besándole el cuello despacio.
Tras un par de minutos se separó de ella y se tumbaron, cerca, los labios de Jon rozando los de Valerie, jugando con su pelo, sonriendo.
- ¿Sabes lo que va a dar de juego ese plug verdad? – Le dijo Jon sonriendo.
- Lo sé – Respondió Valerie para luego abrazarlo y darle un beso en la frente, quedándose acurrucados en el sofá. — Pero hay algo de lo que quiero hablar…