Con cuidado limpie su cuerpo, lo seque con una fina toalla y puse una bata sobre ella, no quise recostarla en el cama, estaba hecha un desastre, hoy había experimentado todo aquello que siempre desee probar, ninguna mujer había sido capaz de llevarme el ritmo pero Eva era especial. La primera vez que estuvimos juntos lo comprobé, ella es como un volcán que está a punto de ser hacer erupción, el fuego que emana su cuerpo te envuelve. Pedí que alistaran un auto, lo mejor era llevarla a casa, su cuerpo necesita descansar. La sostuve en mi brazos, todo el camino hacia la salida lo hice con cientos de ojos puesto en nosotros, no era para menos, jamás tuve atención con alguien aquí. Al final vi al par de idiotas que pretendieron tener algo con Eva, ellos tienen una cuenta pendiente que pr

