CAP 20

1304 Words
Mis días solo eran aburridos, siempre encerrada en esta habitación fría con los audífonos puestos y aprendiendo ruso con Olga. Ella me odiaba, lo sabía, pero seguía enseñándome con esa sonrisa falsa, esperando que Lev la notara. Y Lev… siempre estaba en sus asuntos. Según Anton, el doctor, me había dicho que desde que llegamos a Rusia, Lev había regresado a su puesto de comandante de inteligencia militar, organizando operaciones secretas y misiones que lo mantenían ocupado. La verdad, no me interesaba; solo me importaba el por qué eso lo alejaba de mí... o de Olga. ¿Estaba ella aprovechando su ausencia para acercarse? El pensamiento me carcomía, un celos inesperado que odiaba admitir. Estaba durmiendo sola, eran las 3:55 am, cuando me desperté por los constantes pateos del bebé. Suspiré con molestia, sintiendo ese dolor en la espalda que me hacía odiar mi embarazo. Tenía hambre, tuve un antojo que me obligó a levantarme y bajé a la cocina en silencio, descalza sobre el piso helado, revisaba entre los cajones. Encontré Oreos y mermelada de durazno. ¿Mermelada de durazno? Mhh… Esto me parecía muy interesante, y me antojaba la verdad, hice una combinación rara pero comí tranquilamente. Mientras masticaba, recordé una canción de Linkin Park "Papercut" que escuchaba un montón cuando vivía mi vida tranquila en España. Empecé a cantarla en voz baja, tarareando el ritmo que me hacía sentir viva, lejos de este infierno. Mientras cantaba y comía, sentí manos repentinamente descansando en mis caderas. Me sobresalté y lancé un puño como reacción rápida, dándome cuenta que era Lev. Detuvo mi puño que estaba cerca de su pecho, lo bajó con una sonrisa torcida, y se acercó más, su cuerpo grande envolviéndome como una sombra. —Eres muy fuerte… me gusta tu comportamiento desde que estamos en Rusia más… sumisa, mi amor —murmuró, su voz ronca y posesiva, rozando mi oído. —Me asustaste Lev, ten cuidado —murmuré irritada, pero seguí comiendo, ignorando cómo mi corazón latía con rabia. Él se rió suavemente, un sonido bajo que vibró contra mi espalda. —Es interesante verte cantando. Es satisfactorio… —Me abrazó por detrás, hundiendo su cara en mi cabello, inhalando mi aroma como si fuera suyo. Levantó mi vientre con cuidado, quitándome el peso que me hacía doler la espalda, y suspiré, relajándome contra él a pesar de mí misma. Me sentí... bien, maldita sea. Relajé mi cuerpo en el suyo, recostándome mientras pegaba bocados de esa Oreo con mermelada de durazno, el sabor dulce contrastando con la amargura en mi pecho. —Te extrañaba tanto… —murmuraba Lev, su aliento caliente en mi cuello, besándolo suavemente mientras me mecía. —Estaba tan ocupado con un equipo que envíe para una misión, ¿y sabes? Fue todo un éxito gracias a mi estrategia. Habrá una pequeña reunión de celebración. Y tú... estarás ahí, mi hermosa esposa. Lev hablaba, pero yo estaba comiendo, distraída, mientras él levantaba mi vientre y me mecía. Esto se sentía bien... demasiado bien, algo que no estaba acostumbrada nunca, y lo odiaba. Él solo se río de mí, su risa oscura llenando la cocina. Cuando comí mi último bocado, me levantó en brazos como si fuera una muñeca, llevándome de vuelta a la habitación. Me recostó en la cama, su cuerpo cubriéndome, y me besó con urgencia mientras sus manos exploraban mi piel bajo el camisón. —Ha pasado tanto tiempo desde la última vez, Anya —susurró, su voz era posesiva mientras bajaba por mi cuello, mordiendo suavemente. Mi cuerpo me traicionaba, respondiendo con un calor que odiaba. Lo empujé ligeramente, pero él me inmovilizó con su peso, sus caderas presionando las mías, rozando su erección dura contra mí. —Lev... el bebé —murmuró, pero él ignoró, deslizando su mano bajo mi vientre hinchado, acariciando la piel tensa con una mezcla de ternura y control. —Lev, no sigas, yo… —Shh, mi amor. Te cuidaré —dijo Lev con su tono cursi buag, besaba mi vientre mientras me abría las piernas con cuidado —extrañaba esto y se que tu también... —jadeaba Lev mientras se posiciona con cuidado. Entró en mí lentamente estirándome mientras mi cuerpo me traicionaba como si lo hubiera extrañado haciéndome jadear, mi placer era traicionero y lo odiaba más que a él. Se movió con brusquedad contenida, sus gemidos llenaban la habitación y sus manos apretando mis caderas mientras yo clavaba las uñas en su espalda, odiándolo y deseándolo al mismo tiempo. —Te amo, Anya —murmuró entre jadeos, acelerando, su cuerpo chocando contra el mío en un ritmo que me hacía ver estrellas. Llegué al clímax con un grito ahogado, y él me siguió, derramándose dentro con un rugido, abrazándome después como si fuera frágil. Me quedé jadeando, odiándome por disfrutar eso, por sentirme "amada" en su locura. Lev me besó la frente, susurrando palabras cursis. —Duerme, amor... —Pero mientras él se dormía, mi mente corría: esto era una locura. Hice un trato con Olga para que ella seduzca a Lev y pueda dejar de tener interés en mí, pero… ¿me he enamorado de él? Es demasiado estúpido. Este tipo arruinó mi vida, me disparó, me embarazó, pero ahora me trata tan bien, es rico, me da regalos y… Doy pausa a mis pensamientos y subo mi cara para ver la de Lev dormido; era un hombre maduro y guapo, y su gran cuerpo abrazándome me mantenía caliente y segura. Yo... jamás había tenido pareja ni había sentido esto. Normalmente me gustaba estar sola sin que la gente estorbe, pero Lev… no lo sé… De tanto pensar, mi mente se calló finalmente y me quedé dormida. A la mañana siguiente, Lev estaba apegado a mi cuerpo como si fuera un peluche, su brazo pesado sobre mi cintura y su respiración calmada contra mi cuello. Se sentía tan bien y tierno... ¡AAAA, NO! Espera, yo no soy así. Suspiré, odiándome por esos pensamientos traicioneros, y me levanté de la cama con dificultad por mi embarazo. Ya solo faltan 2 meses para que nazca este bebé, mi vientre hinchado me hacía moverme como una tortuga, y el dolor en la espalda me recordó la noche anterior: el placer forzado, las palabras cursis de Lev, y… mi confusión interna. ¿Me estaba enamorando? Era estúpido, pero su calor me hacía sentir segura, algo que nunca había tenido. Lev se despertó al sentir mis movimientos, sus ojos oscuros abriéndose con una sonrisa posesiva. —Buenos días, mi amor —murmuró, atrayéndome de vuelta a la cama para un beso suave que me hizo estremecer y gruñir. —mhh, Lev, quiero ir a darme una ducha. —me levanto a la fuerza pero Lev me da un último beso y me deja ir. Después de un rato salgo de la ducha caliente más relajada y limpia de los fluidos de Lev pff, me estaba vistiendo y Lev aún estaba acostado —Hoy es la reunión de celebración. —Se levantó, yendo al armario para sacar un vestido n***o elegante, largo y ajustado, con escote. Era hermoso. —Póntelo. Serás la envidia de todos. —Tomo el vestido de mala gana —envidia? con esta panza? Además no me gustan los vestidos con escote. —lo se, seguramente por tus pequeños senos que no son tan pequeños, por lo visto desde que estás embarazada tus lindos senos están mas grandes y la panza le da ese toque sexy. Quedará perfecto. —sonreía Lev pícaro. Lo mire a él y al vestido por última vez con una mueca y entre al baño de mala gana para probármelo. El vestido se ajustaba a mi vientre y resaltaba mis curvas, Lev me miró con hambre cuando salí. —Perfecta —dijo, abrazándome por detrás, sus manos deslizándose por mis costados.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD