Hoy era el día. Ese que esperé quizás por unos 20 años, el día de mi boda. Estaba entusiasmada y anhelante por la parafernalia, también algo preocupada por las expectativas de mi madre en toda la situación. Pero no había vuelta atrás para nada. Desde como las 9 de la mañana estamos en la hacienda alquilada para la ceremonia, puliendo detalles aquí y allá.
¿Cómo sería la boda de Elizabeth Wells y Doris Aguilar? Digo, de Michel Fernández y Doris Córcega. Una opulenta, muy opulenta para los 119 invitados. No exagero al decir que había miles de rosas de jardín distribuidas entre los centros de mesas, coronas decorativas y una que otra en mi bouquet. Y no solo las rosas fueron arrebatadas de la vida para mi boda, también había otros cientos de hortensias y peonias.
La boda sería en la noche,
