Capítulo dieciocho
Se quedó.
Me vigiló hasta que terminará de trabajar y ahora, en estos momentos, no sé a dónde es que vamos, ya que simplemente me dijo: “sube al auto que el destino lo pongo yo”
Que sí, que es cierto de que estaba molesta con él, pero es que el hecho de que intentará arreglar las cosas y se disculpara y dijera todo lo que dijera, aparte de que confesara que no puede dejar de pensar en mí simplemente han hecho que haya olvidado todo.
Piensa en mí incluso estando en la casa de él.
Y yo que pensaba que lo que menos hacía era eso.
La entrada subterránea al edificio de su pent-house solo hace que junte las cejas confundida y lo voltee a ver sin decir algo.
¿Aquí era donde me pensaba traer?
—No me mires así, solo vine a cambiarme —rueda sus ojos.
—¿A cambiarte para qu
