Capítulo cinco Observo su número de teléfono en la pantalla del mío y así mismo como lo veo lo tiro a la cartera sin bloquearlo. No tiene caso dejarlo o borrarlo, igual en algún momento puede que lo necesite y no lo tenga y además, no es como si me voy a pasar hablando con él. Estoy en uno de los bares exclusivos de país tomándome una bendita copa, porque todo lo que me ha pasado hoy solo son desgracias. Primero esta lo de mi mudanza y como las personas que me persiguen se dieron cuenta de ello, de segundo esta como es que el nuevo empleado, que resulta ser un tipo realmente atractivo y brillante, me descubrió; y de tercero esta como fue que perdí uno de mis mejores clientes por culpa de una comida que pedí en el restaurante en el que nos citamos. Claro, entre todas las cosas que

