1. PUREZA

3052 Words
POV LIV — Estás son las mañanitas que cantaba el rey David a las muchachas bonitas se las cantamos así... ... Despierta mi bien despierta mira que ya amaneció, ya los pajarillos cantan la luna ya se metió... Las voces y los aplausos de mis compañeras de cuarto y Sor Josefina logran despertarme por completo Y es que hoy es un día muy especial, el cumpleaños más esperado, hoy dejo de ser una niña y paso a una etapa de la que poco se habla pero de la que especulamos mucho. 13 años es el requerimiento mínimo para empezar con los cursos especiales que me harán una dama ejemplar, Cristina y yo cumplimos el mismo día. Sor Josefina se acerca con la torta de vainilla que prepara cada que cumple alguna de nosotras, ella será una de las pocas monjas que extrañaré, siempre nos cuida y cuando nos equivocamos nos corrige con cariño. 19 de octubre, cierro mis ojos al igual que Cristina y tomadas de las manos soplamos las 13 velitas que marcarán un antes y un después en nuestras vidas. Sor Jose deja la torta a un lado antes de hacer la señal de la santa cruz, todas la imitamos persignándonos — Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos líbranos señor... La escuchamos imitando cada acción sabiendo que debemos siempre proteger nuestra mente, boca y corazón del pecado. Hacemos la oración conjunta, esta vez todas tomadas de las manos, cerramos nuestros ojos y en silencio damos gracias a dios nuestro señor por vernos con misericordia y permitirnos cumplir un año más de vida, la voz de Sor Josefina es un suave y dulce murmullo que nos guía en medio de la paz que sentimos al estar en contacto con nuestro señor. Una vez finalizada la oración y tras pedir perdón por nuestros pecados, abrimos los ojos, sonreímos todas notando a Salomé, que se ha quedado dormida en medio de la oración > Sor Josefina la reprende mientras nos mira ya que nuestras risas han pasado a ser carcajadas. Esta vez ella sonríe negando antes de acercarse y abrazarnos como felicitación por nuestro cumpleaños, pellizcar suavemente nuestras mejillas a la vez y alcanzo a notar lágrimas contenidas en sus ojos, sacude la cabeza y nos besa las narices antes de tomar la torta y salir. — después de misa les daré una rebanada a cada una — nos dice antes de cruzar en umbral — sean puras y buenas siempre mis doncellas. Recibimos las felicitaciones de todas nuestras compañeras, quienes resienten un poco lo que vendrá pero no deja de ser un momento agradable entre todas, rápidamente se van a sus habitaciones ( estamos organizadas en parejas las más grandes y en grupos de cinco, las más pequeñas ). nos despedimos para prepararnos y organizar nuestras cosas antes que vengan por nosotras para la misa de siete. Cada una se arrodilla al pie de la cama una al lado de otra y empezamos con la oración que repetimos cada mañana al despertar, después de eso corremos por nuestros productos de aseo y juntas nos vamos a el baño comunal. Todas aquí somos niñas, incluso el sacerdote no puede entrar a esta área donde las doncellas ( niñas de 0 a 12 años ) nos mantenemos, así que no hay problema o vergüenza por estar desnudas unas al lado de otras, es algo normal. — talvez mamá me traiga nuevos vestidos — dice contenta luego de enjuagar si cabello, yo la imitó tratando de no llevar jabón a mis ojos — si es así, espero que sean dos y muy bonitos, así podré darte uno y ambas estrenaremos. — sabes que no lo necesito, tengo lo justo y mi ropa aún me queda. — sus ojos se entrecierran en mi dirección por la cual recompongo lo dicho — quiero decir: gracias Cris, eso sería estupendo! — exclamó entre risas terminando de asearme. Cristina se ríe emocionada porque hoy vera a sus padres en la misa de consagración dónde el sacerdote nos dará la bendición para que seamos vistas con misericordia por dios y nos mande esposos buenos y generosos. Ella asiente con una sonrisa triunfal, una vez limpias y secas, nos vestimos y entre las dos trenzamos nuestros largos cabellos para luego cubrirlos con los velos, el mío es rosa y el de ella azúl, no podemos comer hasta después de la misa así que corremos a la capilla donde nos persignamos ante la mirada estricta de Sor Magda, quien se hará a cargo de nuestra educación a partir de ahora. Las piernas me tiemblan y se que a cristina también ya que aprieta fuerte mi mano mientras caminamos aproximándonos al púlpito cuando Sor Magda nos da la señal. Caminamos con la mirada en el piso y por orden de nacimiento nos ponemos una frente de la otra, Cristina recibe la consagración y luego es mi turno, tiemblo cuando mi mirada se cruza con el sacerdote y no entiendo porque pero hoy todo se siente distinto. Me reprendo mentalmente por haber sido desobediente y levantar la mirada, pido perdón a dios en silencio y ruego porque no me castiguen muy fuerte. > Presenciamos la misa y la omilía hasta que todo termina, Sor Magda nos sujeta fuerte logrando que me estremezca por el dolor, estamos acostumbradas pero eso no evita que sintamos como marca nuestra piel y clava sus uñas en donde el vestido cubre, mientras nos guía a una habitación al lado del confesionario dónde se encuentran nuestras maletas, los padres de Cristina hablan con el sacerdote y le entregan una carpeta azul, reciben un sobre café de manos del sacerdote a cambio que alcanzo a ver con disimulo. Después de unos minutos el sacerdote mira en nuestra dirección, Sor Magda asiente y Cristina va hacia sus padres, se queda con ellos mientras la puerta se cierra impidiendo que me entere de lo que pasa. — tendrás que rezar mucho Liv, estás siendo desobediente e irrespetuosa el día de hoy. Con la mirada en el piso y mis manos unidas frente a mi vientre espero conteniendo las lágrimas por qué lo que ella dice es cierto, no estoy siendo un buen cordero, sus siguientes palabras logran arrancar algunas lágrimas de mí. — No olvides que desde el cielo tu madre te observa y ella es quien paga por todos tus pecados — escucho como suspira en desaprobación — acaso quieres que ella sufra por tu rebeldía?. El sacerdote entra antes de poder responder, cruza un par de palabras que no entiendo con Sor Magda antes de que nos adentremos más en el lugar, da un paso a mis espaldas dejándome frente a el sacerdote, solo puedo ver sus zapatos ocultos bajo el borde del manto de consagración. — Desvistete cómo muestra de tu pureza a nuestro señor, desvela tu alma sin mancha para Dios, Liv Marie Summers. Un corrientazo me recorre la espalda pero aún así hago lo que Sor Magda me ordena, no entiendo que pasa pero me callo y acato la orden sin rechistar. Me quito el velo el cual doblo dejandolo sobre el mueble a mi lado, luego con manos temblorosas bajo las tiras de mi vestido de gasa dejándolo caer a mis pies. Trago ante algo incómodo en mi ser, mis pequeños pechos están a la vista del sacerdote, Reprimo el deseo de cubrirlos con mis manos porque se que eso sería malo, el sacerdote es un enviado de Dios, el no me ve como algo más que un cordero manso, un ser puro que le pertenece a Dios. Solo mis pantis blancas de algodón me cubren y aunque quiero llorar me paro recta frente a el sacerdote quien me mira fijamente reparando cada parte de mi cuerpo. No lo miro pero puedo sentir sus ojos sobre mi, es una sensación fea pero respiro profundo y espero. Algo no está bien, ambos esperan un par de minutos en los que no entiendo que es lo que sucede Hasta ese momento. Sor Magda sonríe satisfecha cuando el sacerdote asiente, y de repente baja de un tirón mis pantis logrando que un suave grito salga de mi por la impresión, cubro mis labios callandolo, aprieto mis ojos y Bajo la mirada a mis pies cuando sé que me castigarán por no ser obediente, los castigos de Sor Magda son crueles pero se que son por mi bien, ningún hombre querrá a una esposa revoltosa y desobediente. Sor Magda me hace salir de mis pantis entregándolas a el sacerdote quien se acerca después de olerlas buscando alguna muestra de impureza en ella o al menos eso es lo que nos han enseñado. Las doncellas buenas y puras no deben mojar sus pantis Las doncellas buenas y puras no miran a los ojos a los hombres. Las doncellas buenas y puras son obedientes, inocentes y atentas. Las doncellas buenas y puras no emiten sonido si un mayor o un hombre no ha dado la orden. Repito en mi cabeza cada cosa que nos enseñan y nos mandan escribir cada día desde que aprendemos a tomar un lápiz correctamente. Trago y cierro mis ojos cuando el sacerdote se arrodilla frente a mi, sus manos en mi cintura queman pero me mantengo recta, mi cuerpo tiembla cuando separa mis piernas y se agacha a oler mis partes privadas, tengo miedo y tiemblo aún más fuerte cuando su mano palpa esa zona que nadie debe tocar hasta el día de hoy Siento sus dedos tocar dónde no debe entrar nada y un dedo pasa por ahí entrando en mi. Duele y quiero llorar, el deseo de gritar, empujarlo y correr me embarga pero por el contrario lo único que hago es esperar, el debe decir que soy pura, yo se que lo soy nadie me ha tocado ahí y no me he caído nunca así que se que soy pura. Cuando Anahí hablo de cosas sucias corrí con la superiora y pedí perdón a dios por pecar al escuchar sus palabras del demonio. Soy pura. Soy pura. Soy pura. — Es pura. La voz del sacerdote me hace abrir los ojos y no se pero sonrió amplio el se aparta y se limpia con una toallita, Sor Magda me palmea el hombro y me ayuda a vestir, su mirada es diferente y aunque no me gusta esta, es mejor que la anterior. Ella sabe que soy pura para dios y para mí esposo por eso le agrado, soy valiosa para la comunidad porque no tengo mancha ni pecado, soy una joya en la corona del señor. Hay niñas que no llegan a la revisión sin mancha y creo que por eso el recelo, aunque no sé cómo se pierde la pureza y no entiendo cómo podemos perderla siempre me cuido de ser obediente, no pensar el cosas del demonio y ser una doncella buena, noble y piadosa. Las travesuras que hago son sin intensión, como cuando Abigail tropezó con los adornos, la risa en mi fue algo que no pude contener pero apenas me di cuenta de lo que hacía me reprendi y corrí a ayudarla, me disculpé por haber sido impertinente y grosera y me ofrecí a ayudarla a llevar las cosas. Una vez lista, calzo mis pantis, acomodo bien el vestido y cubro mi cabello apartando los mechones que tengo en el rostro, ya que se han escapado de la trenza francesa. Beso el anillo del sacerdote antes de posarlo en mi frente en una leve reverencia y sin mirarlo a los ojos agradezco por haber cuidado mi pureza y haber dicho que lo soy. Salgo y afuera está Cristina, sus padres se han ido y Sor Magda la toma al igual que a mí y la mete a el cuarto sin dejar que hablemos, no debo ensuciar su mente, se que ella es pura igual que yo y mañana estaremos en el instituto para señoritas Eden siendo entrenadas para ser buenas esposas. Espero unos minutos, en los que me dedico a tararear una que otra alabanza, cuento las líneas entre las baldosas y trato de encontrarles pareja, espero hasta que salen minutos después, el rostro de Cris me asusta pero Sor Magda me dice que es pura, abrazo a Cris felicitándola por su pureza y asegurándo que estaremos juntas. — No pueden olvidar que lo sucedido no es algo que deban comentar y menos a sus compañeras, ella tendrán su momento... ... Esto es algo especial, es como si dios las tocará directamente, oficialmente son una señoritas que pueden ser tomadas en cuenta para ser esposas — habla mientras caminamos hacia el instituto Santa María, nuestro hogar. — Claro, después de ser educadas, nadie quiere a una esposa que no sepa dirigir una casa o complacer a su marido. Finalmente llegamos, nos deja después de cruzar las rejas y se apresura a cumplir sus labores, entramos y pasamos los pasillos hasta llegar a el comedor. En todo el camino hacia el comedor Cristina ha permanecido con la mirada perdida, no habla y es hasta que estamos comiendo que me decido preguntar. — Que te pasa Cris, no estás feliz? — No. — solloza — no me gustó lo que me hizo, dolió. — Cris debes ser obediente — suspiro recordando cómo me sentí — a mi tampoco me gustó pero era necesario para que ellos sepan que somos puras. — Lo sé pero porque tocarnos ahí, o porque no lo hizo una mujer — refuta — una mujer puede reconocer la pureza, me siento sucia y triste. Tomo su mano y la abrazo con cuidado que nadie lo note, yo la entiendo pero nada podemos hacer, está es nuestra vida y debemos ser agradecidas por qué aquí nos cuidan. El mundo es malo, Sor Josefina me decía que en las calles lastiman a las personas, a mi mami la lastimaron y por eso dios se la llevó, para que descansara y fuera libre y ya no estuviera triste. Yo tengo que ser buena para que mami siga en el cielo y no pague por mis pecados esto me lo dijo el sacerdote cuando cumplí 10 y pisé las flores del jardín trasero y yo le creo. Uno mis manos cuando termino de comer y doy gracias por todo, por ser pura, por qué Cris lo sea, pido por el alma de mami para que sea feliz en el cielo, también pido perdón por Cris y que no sea castigada con un mal esposo por no ser buena y agradecida. Durante el resto del tiempo aprovechamos a despedirnos de todas las niñas que nos acompañaban, las monjas nos abrazaron y besaron pidiendo que fuéramos obedientes ya que a dónde íbamos no era como aquí que los castigos eran tiempo en el rincón, planas interminables o tiempo ayudando en la limpieza. Las horas pasaron rápidamente, y con ellas llegó la noche, cumplimos con nuestros últimos deberes, cedimos nuestras cosas, las que nos acompañaron, recibimos algunos obsequios y cantamos las alabanzas que aprendimos con nuestras compañeras. En la cena compartimos la torta de vainilla y Sor Josefina nos abrazó más tiempo, ella es quien más nos cuida, se dedica a la cocina y a el cuidado de los recién nacidos, en su vida fuera del convento fue enfermera y aquí la ayudaron a estudiar medicina. Es lo más cercano a una mamá, ella me trajo al mundo y sin evitarlo las lágrimas me ganan cuando me deja acurrucarme contra su cuello, sollozo porque me duele dejarla, ella siempre nos cuidó y si para Cris es duro, para mí lo es más ya que es la única familia que tengo. — recuerda mi Liv, en el valle de los dioses y monstruos un ángel tu eres... — asiento, es una canción que me gusta aunque no tenemos permitido escucharla o cualquier cosa que nos hable del mundo fuera de estos muros — debes cuidarte y ser fuerte. Tu madre siempre estará contigo y un día podrán reunirse de nuevo, serán libres. — Ella es feliz? — le pregunto en medio de hipídos. — Lo será cuando pueda verte de nuevo. Después de esto abandonó la habitación, no sin antes cubrirme bien y dejar un beso en mi frente, la veo mientras se acerca a Cris y hace lo mismo, le dice algo en medio de susurros que no alcanzo a oír antes de dejar un beso y hacer un movimiento con su mano en las mejillas de Cris. Cerré los ojos cuando miró en mi dirección, debía dormir no sabía lo que nos deparaba el día de mañana o como era el lugar a donde iríamos ya que no teníamos permitido saber del mundo exterior, la madre superiora siempre repetía que el que mucho pregunta con el tiempo pierde su inocencia, así que todas sabíamos que lo mejor era callar, y obedecer. Suspiré levantandome de la cama y me acerque cuando noté a Cristina de nuevo llorando, se que para ella es más difícil ya que su familia no solo la saludó después de dos años de no verla, si no que también se despidieron y no se volverán a ver hasta que ella encuentre un buen esposo. Me acerco tras subirme en su cama, ella se corre dandome espacio y un trozo de su colcha, me acuesto y la abrazo, ella es como mi hermana y aunque no entiendo muchas cosas siempre trato de repetir lo que Sor Josefina me decía. "Debes ser buena, agradecida y obediente" Las niñas buenas y puras son sumisas y obedecen así no entiendan lo que sucede, deben estar seguras que todo es por su bien y lo que nos dicen es un mandato de dios que todas debemos acatar. Cada palabra, cada gesto todo lo atesoraría, rogando a Dios que a dónde íbamos fuéramos tan felices como aquí, porque dios nuestro señor nos protegería y mi mami desde el cielo velaría porque así fuera, solo debíamos abedecer, servir, ser sumisas y complacer a dios nuestro señor. Con ese pensamiento y tras escuchar la respiración pausada de Cris cierro los ojos, nuestras manos unidas, una frente a la otra, me dejó ir en un sueño lleno de anhelo, ilusiones y fé sobre un futuro mejor para ambas.
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