Los seres de piedra lo arrastraron del interior de la prisión y por todo el camino que iban recorriendo.
Robinson como ya era su costumbre iba observadolo todo. Las paredes eran piedra pura como si estuvieran dentro de una caverna o algún lugar subterráneo. La iluminación eran los mismos cristales rojos que el había visto con anterioridad. Había unos las grandes que otros cuando cruzaban chocaban los caminos o alguna puerta estuviera. En el trayecto pasaron por muchos caminos que se dividían, parecía algo difícil de memorizar como si estuvieran en un laberinto bajo tierra. También pasaron por algunas puertas y bloqueos y todas se abrían de la misma forma. La líder roja movía su báculo en alguna dirección y las piedras se hacían a un lado como si la misma gravedad no existiera ahí.
En los túneles que pasaba también observó más cosas extrañas como insectos gigantes y algunas especies de animales que el nunca había visto. Estos animales no parecían temerle es estos seres, era más como si vivieran en armonía con ellos. También había acueductos que trasladan líquidos por ellos en todas las direcciones. Estos estaban formados por varias tubos que se conectaban entre ellos por la parte de arriba y unas bombas que impulsaba su circulación.
El recorrido fue interrumpido al llegar a una habitación y con curiosidad esperaba lo siguiente por venir.