Capítulo II

1296 Words
Ya con 27 años y tres hijos sigo siendo una persona joven, pero los demás de mi misma edad me ven como la tía de la escuela o la "señora" inadaptada, porque siempre estoy hablando de mis hijos y las cosas que hacen, mi oficina es algo parecido a un altar con distintas fotografías de nosotros y sus infaltables regalos de niños, un deslumbrante collar hechos con fideos, una inigualable carta con escritura que solo ellos entienden, y obviamente sus huellas de manos y pies marcados en mis agendas, computadora, e inclusive en algunas de mis chaquetas.     - ¡Ana!!!!!     - ¡Ana Ven, te necesito!!! Esa es la suave voz de mi querido jefe llamando a su servidora.     - Charlie, estoy aquí, no necesitas gritar mi nombre, recuerda que mi oficina está pegada a la tuya- dije tranquilamente.     - Entonces iré a verte...     - Ana, te he asignado nuevos clientes y ellos tendrán que ser tu prioridad desde HOY!!     - Y cual es el motivo que los tenga que ver yo desde HOY si ya tengo una agenda muy ocupada ¿?? - dije con un tanto de molestia.     - Ana -dijo con algo de cariño en su voz - se que cumples con las metas que te propones y que quieres seguir creciendo. Eso hace que seas la mejor, pero te falta algo.     - OK, -dije -reordenaré mi agenda y priorizaré a mis nuevos clientes para la próxima sem...     - Cómo sigue tu familia? Mat.. Mateo se llama? - Cambiando el tema rápidamente, tomando una fotografía en la que parecemos los cuatros, y con algo de rodeo en su pregunta.     - Bieeen... -contesté con intriga- a que se debe tu pregunta un poco peculiar?     - Nada... solo queria saber como están... tu tienes tres hijos no? y Mateo es tu amigo con algo más... o me equivoco     - Te equivocas y no sabes cuanto -respondí con más molestia aún- él es el padre de mi hijo mayor y tenemos una muy buena y bonita amistad, solo eso, además que eso no te incumbe.     - El cuida de tus hijos cuando te has tenido que quedar hasta tarde???     - Sí - contesté- nos ayudamos mutuame.....     - Tienes que viajar - dijo con voz autoritaria y seriedad en su mirada.     -   Queeeeee!!!, sabes que no puedo viajar, quién cuidará de mis hijos, de mi casa, de mi todo.........- entrando al borde de la histeria     -  Mateo....Mateo cuidará de tú todo - habló con convicción y un tanto autoritario. Esa mañana no tuve muchas opciones, me junte en una cafetería cerca de mi trabajo con Maty para explicarle mi "nueva" labor en la empresa y que implicaría viajar fuera de la ciudad para tratar con nuevos clientes y fidelizarlos.     - Maty, yo sé que quieres muchos a mis hijos. Te juro que estaré de vuelta lo antes posible -dije con preocupación y pena a la vez - nunca he estado tan lejos de mis hijos y menos por más de un día.     - No te preocupes Ana, sabes que puedes contar conmigo para lo que sea - tratando que me sienta mejor conmigo misma.     - Tendré que volver a la oficina a ordenar mi cosas y luego a casa hacer mis maletas para luego viajar.     - Ve tranquila, te estaremos esperando los cuatro, conquista a esos clientes - me dio un abrazo muy apretado y un beso en la frente con mucho cariño. Al volver a la oficina mi querido jefe me entrega una carpeta con los datos de los clientes.     - Ana, aquí está la información necesaria de los clientes. Recuerda Fidelizar y entregarme detalladamente de cada reunión, cada paso, cada palabra... Entiendes???     - Sí Charlie, como digas - desanimadamente.     - Sé que será divertido estar allá, - me abrazo tiernamente- diviértete.... Es un poco extraño que me haya dicho eso, y lo hace más extraño que me diga que me divierta si solo vendemos seguros... Pero en fin, no me dio más opciones. Ese mismo día viaje, mientras esperaba mi vuelo leí algunas revistas, una de esas revista era de deporte extremo, me causó preocupación como algunas personas arriesgan su vida por entretención propia y entretener a otras personas y lo complicado que debe ser poder vender y adaptar algun seguro para ello. Horrible. Vole, vole muy lejos, al llegar a mi destino me propuse buscar un hotel con las comodidades que necesito, me recoste en la amplia y cómoda cama. Realmente ya había olvida lo cómodo y apacible que es acostarse sola en una cama, sin gritos, sin manos pegajosas, sin canales musicales que enseña números, letras y demases. Estaba sola y en silencio, fue lo mejor que me había pasado en años, por unos segundos olvide que era un viaje de trabajo y tome una ducha, una larga y tranquila ducha sin que alguien esté gritando "mamá ésto" o "mamá aquello", solo escuche música y hasta tomé una pequeña siesta. Cuando desperté, ya con el agua un poco fría, me puse una bata y pedí servicio a la habitación, tranquilamente tome la carpeta que me entregó Charlie y me dispuse a leerla. No sabía nada de los clientes, solo que me enviaron hasta aquí con una carpeta. Mi sorpresa fue esa... los clientes que me entregaron y que tenía que ver lo antes posible son mellizos de deporte extremo, si EXTREMO, escupí el café que estaba bebiendo y me atore, como es posible que me dieran a mi esa responsabilidad.... YO, la tía de la escuela... YO, la señora inadaptada... imposible... debía haber un error. Rapidamente llame a Chalie para aclarar ese mal entendido.     - Charlie!!     - Dime Ana.     - Hay un error!!     - Que su-ce-de ahora???     - Me entregaste una carpeta equivocada!!!     - Imposible -dijo- yo nunca me equivoco.     - Si, te equivocaste -dije con preocupación y nervios     - A ver.... te entregue una carpeta azul, lo recuerdas...?     - Si... la estoy viendo     - Según recuerdo las carpetas azules solo las ocupamos para algunos clientes, cierto??     - Eeeh... si?... solo para los importantes???     - Si Ana, solo para los importantes... ahora... cual es tu preocupación???     - Eeeh.... mmmm.... recuerdo que los clientes que tengo que ver son importante, pero tu me entregaste la información de unos deportistas extremos, que además son mellizos...  Y tu sabes que lo único que hago extremo es montar una bici con canasto...     - Lo sé Ana, pero tú eres la persona perfecta para esos clientes, por eso te elegí a tí - dijo con aún más calma     - Porque no le entregaste estos clientes a Alex o a León o por último a Angelina, ellos sí conocen y hacen mucho más deporte que yo... no lo entiendo...     - Tranquila Ana... yo se que lo harás bien. -corto la llamada En mi habitación con mucha preocupación y nervios me dormí sentada en el berger, en la mañana siguiente desperté con el sonido de mi alarma, me concentre y dispuse a conquistar a esos mellizos. me duche repitiendo una y otra vez "los conquistaré", "los conquistaré", me puse mi mejor atuendo, un vestido muy formal n***o, tacones muy altos rojos y un blazer del mismo color, me tomé el cabello y maquillé acorde a la ocasión, y en cada momento repetía una y otra vez la misma frase "los conquistaré", "los conquistaré".
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