El bosque comenzaba a quedarse atrás mientras la Luna adornada el n***o cielo. Habían llegado a un camino de tierra que los llevaba hacia el Oeste. Merlyn no había tenido oportunidad de conocer el mundo, ni de verlo siquiera en mapas, así que caminaba a ciegas, sólo siguiendo a Varkolak. —¿Éste camino a dónde lleva? Me gustaría poder comer algo… —dijo Merlyn bajando la voz cuando mencionó la comida. El gran lobo blanco la ignoró y siguió caminando. Olfateaba cada pocos metros el aire frío en busca de alguna pista. Tras caminar por al menos una hora más, éste se detuvo y miró a la joven de cabellos rojos. Se había quedado un poco atrás, sin aire, agotada y abrazándose ella misma para evitar el frío y el entumecimiento en sus huesos debido a la caída de las temperaturas. Cuando llegó a l

