Merlyn estaba caminando por una pequeña calle apenas sin iluminación y casi vacía de gente. La noche comenzaba a tomar los cielos y el barullo que poco antes se sentía en las calles estaba dando lugar a la soledad de las mismas. Pasó junto a una casa donde una cuerda que conectaba a la casa de enfrente servía de lugar para secar la ropa. En aquella calle más parecida a un callejón, estaba repleto de ellos, al nivel de una segunda planta. El frío ya hacía mella en su cuerpo por lo que sintiéndose una vulgar y egoísta ladrona, tomó una túnica de tela marrón que ahí descansaba sola. Se la puso por encima cubriendo su cabeza y rodeándola a través de su cuerpo, la ayudaría a mantener algo del calor corporal, y a pasar desapercibida a los ojos de quien la busque. Llegó entonces, tras unos minut

