Varkolak dejó de correr cuando la ciudad ya dejó de verse en la lejanía. Estaba sofocado y agotado, y se sentó dejando caer a Merlyn. Ésta se puso en pie sacudiéndose el polvo de la ropa y miró al lugar por donde habían llegado, atemorizada de verlos aparecer. "No van a venir, están tan lejos que ni siquiera puedo olerlos" dijo el gran lobo blanco. —Debería haber hecho más… Tenía la oportunidad de haber acabado con Margoth y desaparecer para siempre. Siempre seré igual… débil y cobarde. Su mirada se tornó tan vacía y triste, que hasta el lobo sintió de alguna manera, lástima de ella. Se acercó por su espalda y dándole un golpe con el hocico la tiró al suelo. “Elfa, me hierve la sangre y me enfurece sólo de pensar esto que voy a decir, pero por una vez, no puedo acusarte de cobarde, de

