Merlyn corría a todo lo que daba sus piernas, bajando el camino montañoso por el que habían subido. Mentalmente intentaba contactar con Varkolak sin éxito, mientras oía a su espalda al cazador que, pareciendo divertirse en la caza de su presa, siquiera se daba la prisa para alcanzarla.
Apurada en su huida, terminó tropezando y cayendo al suelo. Un enorme dolor punzante en su pie la hizo maldecir en silencio. Aquél cazador,se abalanzó sobre ella, tomando su rostro y haciendo fuerza contra el suelo para que no pudiera levantarse. Su rodilla sobre el pecho de la joven la tenía inmóvil.
—Me encanta que mis presas intenten huir, pero ya es hora de que terminemos con esto.
Merlyn, intentando sacar la enorme mano de aquel hombre de su rostro, bajo la nieve que seguía cayendo complicando su
