- Sergio, por favor abre tus ojos. - Lloraba Mateo sobre el cuerpo de Sergio, sus lágrimas empapaban la bata que tenía puesto Sergio, levanta la vista hacia el rostro de este sollozando mientras sus lágrimas empapaban sus mejillas, se acerca lentamente para dar un suave beso en sus labios, todos quedaron sorprendidos, luego Mateo cae sobre sus rodillas sin fuerzas. Sollozando con el sonido agudo del monitor, todos estaban en silencio, no se animaban a acercarse a Mateo, ni siquiera sabían que decir, solo podían estar allí acompañando. En la sala solo se oía el llanto de Mateo y el sonido agudo del monitor, hasta que en un momento el monitor recibe señales cardíacas que provenía del cuerpo de Sergio cambiando el sonido que emitía, todos quedan asombrados, Mateo se pone de pie rápidamente

