Mi padre y Reina miraban con dicha la escena frente a ellos. Solo éramos Eliot y yo jugando en el Play sentados en el sofá. Reíamos y bromeamos cada vez que Eliot me ganaba, era mucho mejor que yo y sabía que las veces que perdía eran al propósito, solo para no hacerme sentir mal. Nos quedamos a solas y solté un gran suspiro, estaba cansada de jugar. Eliot me miró de soslayo y tocó disimuladamente mi pierna. Era difícil actuar como si nada pasara, teníamos varias semanas saliendo aún que nadie lo supiera. Nuestros padres estaban más que felices de que la relación entre nosotros hubiera cambiado y ahora nos lleváramos mucho mejor. Siempre la pasábamos entre risas, y que a veces me comportara de forma cariñosa con mi hermanastro no les molestaba en absoluto, así que tomé la iniciativa de

