Eder Ross Horas de viaje me cansan, al fin llegamos a mi residencia en Alemania. Lo primero que hago es subir a mi habitación y ducharme, el viaje me tiene agotado y fastidiado. El agua fría impacta en mi cuerpo haciéndome sentir un gran alivio, me relaja los músculos. Cierro las llaves de agua, tomo la toalla y la enrollo en mi cintura, agarro otra más pequeña para secarme el cabello. Salgo del baño y en seguida cotan la puerta. — ¡Adelante! El alto africano entra a la habitación. — ¿Qué sucede? —pregunto. —Señor, Lawson lo está esperando en Mitternacht —avisa. —En seguida voy, prepara el vehículo. —Como ordene, señor. Peter hace reverencia y se va. Voy directamente al closet y saco un traje; pantalón n***o y una camisa negra, desabrocho los primeros dos botones de mi camisa