Jack se encontraba recostado sobre el sillón de piel, con los pies apoyados en la mesa de cristal frente a él, disfrutando de un trago de su licor favorito. La botella vacía en su mano lo hizo maldecir internamente, sabía que tendría que ir a la licorería pronto. Una mirada distraída a su pantalla de 65 pulgadas reveló una barba descuidada que no le favorecía, haciéndolo sentir más viejo de lo que era en realidad. Un suspiro escapó de sus labios mientras sus pensamientos vagaban hacia aquella mujer de ojos verdes, postrada en una cama de hospital con un collarín, todo por su culpa. Había intentado llevarle flores días después, pero ella ya no estaba allí. Antes había considerado el hospital un terreno neutral, pero ahora evitaba incluso enviarle un simple mensaje de texto, temiendo la rea

