John se tensó y miró a Ginger. —Es un contrato de negocios. —confesó, de repente, John maldijo entre dientes al haberse escapado aquello. Era confidencial. Ginger arqueó una ceja, estaba sorprendida con la confesión. —Entonces, ¿Negocios? ¿Qué negocios? ¿Qué es lo que te hizo enredarte con ella al grado de casarte para hacer negocios? Te desconozco totalmente, John. ¿Tuviste que hacer todo real para qué? —Unas tierras. —ya no le quedaba que ocultar algo a Ginger. —Te pido discreción, nadie sabe, más que ella y yo. —Vaya, gracias por decirlo, me es un privilegio saber algo que nadie sabe… John puso sus ojos en blanco. —Literalmente sabes toda mi vida, a excepción de esto. —Ginger sonrió. —Tranquilo, tu secreto está conmigo. —Ginger captó la mirada de Mila, Jack hablaba con las demás

