Capítulo 30 - Assassins.

4421 Words
Kol Helheim.  Al salir del restaurante solo por precaución evito por completo la tienda por departamento en la que se encuentra Valkiria, me tomo un café cerca de la puerta principal del centro comercial y luego ingreso en mi teléfono para hackear el sistema y verificar la ubicación de los gemelos y Aren. Este último se aleja cada vez más del lugar. Por otro lado los gemelos siguen aquí, son los que menos me preocupan hasta que por cuestión de costumbre verifico la ubicación de Haakon y Lurleen. El primero no sé si por destino o mera casualidad también se encuentra aquí. Lurleen por otro lado está en su pequeño escondite montañoso. Salgo del sistema activando mis manos libres para poder comunicarme con mi asistente virtual. — Erika, no pierdas a los gemelos…— le ordeno una vez estoy conectado. — De acuerdo Hel, ¿algo más? — asegúrate que el idiota este ocupado antes de yo alcanzar a Valkiria…— le pido levantándome de la silla y echando andar hacia el corazón del centro comercial. — Lo mantendré ocupado…— sonrió ante sus palabras porque conozco la posible forma en que lo hará. — Gracias Erika. Minutos después estoy a solo un par de metros de la tienda por departamentos a la cual ingreso llamando la atención de varias dependientas que me observan con curiosidad. Mi aspecto no es exactamente el tipo de hombres que visita estas tiendas, pero sé que mi objetivo debe estar por aquí en algún lugar haciendo de las suyas. — Buenas señor, ¿puedo ayudarlo en algo? — me intercepta una chica de cabello rojo, pecas y ojos verdes. — Estoy buscando a alguien…— me limito a responder mientras desvió los ojos de ella buscando a Valkiria a mí alrededor. — Podría ayudarle a buscar, ¿de quién se trata? — Insiste la chica — ¿su novia? — sonrió de lado y vuelvo mi atención a ella. Sus ojos brillan con interés en cuanto nuestras miradas se encuentran y me tomo unos segundos para inspeccionarla, una pequeña línea negra llama mi atención en el ligero y sutil escote de su blusa lo que me hace alzar una ceja. — No…— respondo parco haciendo que pequeño cuerpo se tense ligeramente. — ¿Cómo es la persona que busca y le ayudare a dar con ella? — insiste y me encojo de hombros. Pero antes de poder responder la suave voz de mi objetivo me alcanza. — Hel, volviste…— cuando miro sobre mi hombro Valkiria camina en mi dirección con demasiadas bolsas y dos chicas más trayendo otras. Mis ojos se pasean de ella a las bolsas y de regreso a su rostro que luce una amplia y radiante sonrisa. Justo como la de cualquier niño al que le invitas a una tienda de dulces y le dices que puedes llevarse cuanto desee. Una vez me alcanza mira a la pelirroja de arriba abajo y frunce el ceño. — ¿Necesitas algo? — el tono afilado en su voz me hace sonreír de lado elevando una de mis cejas. — No señorita solo intentaba ayudarle…— responde la pelirroja y Valkiria me observa un instante antes de volver a poner la atención en la chica. — ¿Luce como alguien que necesite ayuda? — cuestiona con cierta amenaza en su voz y mi sonrisa se ensancha. — Es mi tra… — Si como sea querida, gracias ya puedes retirarte…— la corta incluso antes de dejarla terminar haciéndole un gesto con su mano digno de la realeza. Rio suavemente cuando posa sus ojos en mí. — ¿Qué te parece tan gracioso? — pregunta elevando una de sus cejas. No respondo de inmediato, sino que me limito a acortar la distancia entre ambos, me inclino sobre su oído y murmuro rosando la piel. — Cínica, mentirosa, descarada, celosa y posesiva…— siento como su cuerpo se tensa y veo como su piel se eriza — eres un desastre Bunderson y uno que está loco por mí, al menos disimula que no te importa tentar tu suerte anhelado un poco más a tu muerte…— espero unos segundos antes de dejar un beso sobre su mejilla y volver a mi posición. Sus ojos me observan cargados de deseo e ira contenida. Valkiria detesta que te le digan la verdad, además también odia bastante el hecho de verse tan afectada por mí y que sea como un puto libro abierto el cual puedo leer de cualquier forma, no importa que tanto lo intente. — ¿Hacia falta comprar toda esta basura? — pregunto mirando sus manos y luego de las otras dos chicas que no ha parado de comerme con los ojos. Al escucharme una de ellas jadea sorprendida y la otra abre sus ojos como platos. — Me pediste que hiciera compras y eso fue justamente lo que hice…1 cometa extendiendo una de sus manos hacia mi donde puedo apreciar un maldito diamante brillando en su dedo medio junto a otros anillos de oro blanco que no estaban allí. Respiro profundo tratando de controlarme y no reaccionar aquí. Niego con la cabeza y me giro echado andar hacia la puerta. — Hel, el elemento idiota se dirige hacia ustedes — me informa Erika y me tenso aún más. Maldito día de mierda, cuando quiero hacer las cosas un poco más rápido todo se complica pero el que lo haga lo hace más interesante. Aunque nada con el idiota de Haakon lo es. Tres pasos lejos de mi objetivo su voz intenta detenerme. — Hel…— me llama pero la ignoro — vamos no puedo cargar con todas estas bolsas…— se queja siguiendo mis paso. Pero solo desperdicia saliva ya que ni le prestó atención buscando con la mirada al idiota que no se cansa de joder. Una vez doy con el trato de evitarlo pero el muy hijo de puta me nota y camina directo en mi dirección. Cuando me alcanza sonríe divertido y lo hace aún más ampliamente cuando nota a Valkiria detrás de mi quejándose como nunca. — Vaya esto es completamente nuevo…— hace una pausa y frunce el ceño — y sumamente extraño Hel...— comenta señalando a Valkiria que se detiene a mi lado de golpe al verlo. — Haakon…— lo saluda con una sonrisa. — Preciosa — la saluda acercándose a ella para besar sus mejillas por lo que pongo los ojos en blanco — no tenía idea que ya lo hubieses domesticado…— se burla mirándome con diversión. Ignorándolos a ambos continúo caminando hacia el exterior por lo que ambos me siguen mientras los escucho conversando sobre las muchas bolsas que el idiota la ayuda a cargar. — Gracias por ayudarme, Hel es un idiota…— murmura Valkiria lo suficientemente alto para que la escuche. Una vez en el estacionamiento, abro mi camioneta y subo a ella sin esperar por ninguno de los, una vez Valkiria sube las bolas y cierra la puerta paso los seguros evitando de ese modo que el idiota de Haakon venga con nosotros. Cuando ella intenta abrir la puerta del copiloto su ceño se frunce al no lograr abrirla. Golpea con suavidad el vidrio y me inclino para abrirle mientras Haakon me observa con suspicacia desde afuera, lo conozco y sé que está muriéndose por decirme algo, pero lo que sea que tenga que decir tendrá que esperar. Valkiria se despide brevemente antes de cerrar la puerta y no espero si quiera que se coloque el cinturón cuando ya he puesto en marcha el motor. Sus ojos me asesinan pero no dice absolutamente nada. El camino hasta mi casa no demora mucho y lo hacemos en un silencio cómodo, aunque la noto tensa. Al llegar y estacionar la camioneta, desciendo sin siquiera volver a mirarla. En la sala me deshago de mi chaqueta de cuero y la dejo en el sofá donde segundos después un montón de bolsas le hacen compañía. Esta vez sí me detengo a mirar la cantidad de paquetes y elevo ambas cejas cuando regresa con otra tanda de estos. Cuándo se gira para verme me sonríe con descaro y me tiende la tarjeta de crédito. — Tienes una bolsa con libros de cocina…— comenta pasando junto a mi como si fuera la puta dueña de la casa. En vista que no tomo la tarjeta de sus manos, se encoge de hombros y sigue hacia mi habitación donde la sigo sin emitir algún comentario. No me interesa que se haya gastado una pequeña fortuna en esas compras, de hecho estoy seguro que ni gasto la mitad de lo que me pagaron por asesinarla, así que me tiene sin cuidado. — ¿Solucionaste lo que sea que ibas a solucionar? — pregunta deshaciéndose de su ropa. Me recuesto del marco de la puerta y me cruzo de brazos observando los movimientos de su cuerpo, como los músculos de sus piernas se tensan cuando las levanta para sacar el jean que lleva puesto. Cuando no respondo nada se detiene y se gira para verme, en este punto solo lleva una pequeña tanga negra y una blusa sin sujetador. — Últimamente estas de mirón…— se queja — ¿Qué, ya conseguiste algo en mí que te guste? — rio negando con la cabeza. Echo andar hacia ella deteniéndome solo a un palmo de distancia. Lleva el cabello suelto por lo que aparto algunos mechones acomodándolos detrás de su oreja. — Tu novio está buscándote…— dejo caer haciendo que sus ojos se abran como platos y la expresión de culpabilidad que ronda sus ojos me hace reír — ¿Qué vas decir para explicar tu repentina desaparición y todas esas cosas que compraste? porque ni de coña creas que vas a dejarlas aquí — su cuerpo se tensa y respira profundo. — Siempre haces todo fríamente calculado ¿no? — murmura buscando mi mirada. — Como todo assassin debería hacerlo…— respondo — ¿no aprendiste nada Valkiria? — Pregunto inclinándome un poco más hacia su rostro — ¿Cuántos años tienes? Nos entrenan desde que nacimos para ser los mejores y eres tan…— una de sus cejas se eleva cuando recorro su rostros en busca de una palabra que la defina pero prefiero guardar silencio — toma tus cosas y regresa a casa…— sus ojos se abren como platos. — ¿Qué? — Que tomes tus cosas y regreses a tu casa… — ¿Por qué? no entiendo — Porque si te quedas aquí un poco más terminare cumpliendo con la misión mucho antes de los esperado y creo que quieres seguir viviendo…— sonrió cuando sus ojos brillan con cierto temor — Valkiria nunca le muestres temor a nadie…— suspiro — eres tan putamente irritante…— me aparto de ella hastiado de su debilidad. Valkiria me pone como un puto tren cuando veo ese brillo salvaje de luchar por su vida, ese anhelo desesperado por demostrar lo capaz que es. Pero cuando regresa a esta chica asustadiza que se oculta para complacer a otros dos seres que ni siquiera debían dejarla vivir en primer lugar me ínsita a terminar con esto de una vez por todas. — ¿Por qué no me has matado? — susurra a mi espalda. — Porque no es interesante si solo quito tu vida y ya Valkiria…— me giro para verla — las únicas cosas interesantes en este jodido planeta son la forma en que vivimos y como morimos…— susurro — tu vida es una mierda desde que tus padres decidieron matarte cuando en realidad debían hacerlo cuando naciste, te condenaron a un mundo en el que morir era lo más seguro y apropiado para ti…— doy un paso hacia ella llevando una de mis manos a su cuello. Sosteniéndola con fuerza y acercándola a mí, sus ojos me miran llenos de sorpresa cuando mi nariz rosa la suya. — Pero sigues aquí has logrado sobrevivir no sé cómo coño, pero demuestra de una maldita vez lo que meten en cada una de nuestras cabezas Bunderson…— mis labios rosan los suyos y sus manos de inmediato se posan sobre mi pecho cuando corto el pase de aire a sus pulmones. — Pa..ra Hel…— suplica empezando a golpear mi pecho y a luchar por liberarse. El brillo que deseo aparece y sonrió de lado, pero aun así no aflojo el agarre ni siquiera un poco. Su rostro empieza a ponerse rojo y mi sonrisa se ensancha cuando sus golpes se hacen más desesperados y violentos. Sus ojos se llenan de lágrimas que pronto están cayendo por sus mejillas. Su cuerpo se agita y sus labios se tornan morados conforme los segundos pasan. Patalea luchando por respirar, pero es simplemente imposible. Soy demasiado fuerte y por más que lo desee no puede conmigo. Junto mi boca a la suya y beso sus labios con cuidado cuando noto que sus parpados empiezan a caer, su cuerpo se relaja ligeramente. — Vuelve a tener esa maldita mirada asustadiza y juro que encontrare la forma más cruel de asesinarte y todo lo hare contigo consciente…— la amenazo liberando su cuello. Valkiria cae al suelo pesadamente mientras tose sin control, llevando una de sus manos a su cuello. Sus ojos dejan caer un montón de lágrimas que ignoro al pasar junto a ella y seguir a mi baño. — Espero que no estés aquí cuando salga de ducharme y si decides volver es porque vas a luchar por seguir con vida Bunderson, sino aplica todos los conocimientos que tengas y escóndete porque una vez de contigo te matare…— con eso ingreso al baño y me deshago de mi ropa con tranquilidad. Ingreso a la ducha y permanezco un largo rato debajo del agua. Hoy me topé con demasiadas personas que conocen a Valkiria y creo que al menos tres de ellos saben quién es con certeza. Aren por el momento no será un problema, sé que insistirá en el tema, pero los que me interesan en este momento son los gemelos. Conocerlos me da la ventaja y sé muy bien que no irán corriendo a contarle a sus padres sobre Valkiria. Me sorprendió que supieran de ella y que lo demostraran así haya sido unos instantes. Pero el que sepan sobre ella solo me deja más claro que el Gamla y la Drottinn tienen un aprecio e interés especial por ella. Cosa que puede hacerlos reaccionar de forma precipitada. Si se enteran tengo que tener cuidado. Estuvieron dispuestos a fingir su muerte para darle una mejor vida, nada les impedirá venir tras de mi para que mantengan la farsa. Lo mejor en este punto seria acabar con su vida, cumplo la misión y todos felices. Excepto por mí. Si la mato ahora no tendré la historia completa por lo que mi tatuaje no tendrá un significado real y valido. Cierro los ojos y respiro profundo. Esto es complicado, si fuera un simple objetivo ya habría terminado con esto. Pero no solo se trata de un assassin sino también de la hija de los líderes de la organización. Inevitablemente rio suavemente al darme cuenta que la mitad de nosotros la queremos muerta. Aun no sé qué clase de apego podrían tener los gemelos hacia ella o si quiera les interesa pero es claro para ella que los gemelos lo existen lo que me deja muy claro que los lideres juegan sucio. Una mejor vida para la niña y los otros dos dentro de la organización. Mi siguiente movimiento se basa precisamente en esto último. Tengo que saber qué pasa con los gemelos y si tengo que tacharlos como una amenaza o simplemente se limitaran a observar lo que ocurre, sea cual sea son mi prioridad en este momento. — Hel, el objetivo acaba de abandonar el perímetro…— la voz de Erika interrumpe mis cavilaciones y sonrió. — ¿Qué tenemos del novio? — Es un sujeto extraño si me lo preguntas, su empresa está en orden, pero pasa semanas desaparecido y cuando regresa no ha estado en ninguna de las oficinas…— explica lo que capta mi atención. — ¿Qué tenemos sobre el sujeto que ha estado acosándola? — Es sumamente astuto, no ha dejado algún rastro además de lo que encontramos. — ¿Tenemos una ubicación? — pregunto cerrando la llave para salir de la ducha. — Si… — Bien, alista todo Erika daremos un paseo…— le pido saliendo del baño y regresando a mi habitación en la que encuentro varias bolsas sobre la cama. Junto a una de ellas se encuentra una nota. La cual tomo y leo sin dejar de sonreír. “No sé porque lo haces, dejarme con vida para luego jugar conmigo… sin embargo de alguna forma tengo que darte las gracias porque me has dado más emociones en estas pocas semanas de las que había logrado experimentar quizás en mi vida entera… soy estúpida lo sé, pero esto es lo que soy, espero te gusten las cosas que compre para ti… Gracias Kol por recordarme quien soy” Dejo la nota sobre la cama y doy una ojeada al interior de la primera bolsa donde encuentro una gorra negra con un montón de fuego n***o al frente, el cual no se ve del todo a menos que la luz le dé ya que el hilo con que ha sido bordado es brillante. La dejo sobre la cama y las demás cosas las ignoro. Voy hasta el armario y me visto con rapidez. Hay que hacerle una visita al acosador.    Valkiria Bunderson  (Dos días después) El sudor corre por mi cuerpo, como si hubiese derramado un balde con agua sobre mí. Solo me detengo cuando mis piernas tiemblan y me inclino sobre mi misma para tratar de llevar oxígeno a mis pulmones. Estoy a solo algunos pasos de distancia del edificio donde vivo. Cuando elevo el rostro Egil me observa desde la entrada de este con el ceño fruncido. Le regalo una sonrisa forzada y camino hacia él, apartando algunos mechones de cabello sueltos que salen de mi coleta alta. Cuando lo alcanza quita sus gafas de sol y me observa un segundo antes de inclinarse sobre mí y besar mis labios con suavidad. — Creo que estas exigiéndote mucho…— murmura sobre mi boca — ¿Todo bien? — la suspicacia en su tono delata la poca confianza que tiene en mis actos. — Todo bien…— miento, caminando con él al interior del edificio. Hace dos días, Kol estuvo a nada de matarme de la forma más tonta posible. Asfixiarme así de la nada es incluso insultante para alguien como nosotros. Y me abrió los ojos sí, me recordó que aunque mis padres se han esforzado por darme una vida, no era lo que quería. Yo estaba bien siendo una assassin, a pesar de todas las complicaciones y de las misiones que me eran asignadas, siempre con el fin de demostrar que mis padres no se equivocaron al imponerse y obligar a la organización a mantenerme con vida. De alguna forma me han estado sobreprotegiendo desde que nací y aunque tengo muchísimo que agradecerles, nunca se detuvieron a pensar en lo que yo quería, fueron egoístas y aunque sé que lo han hecho por bien, simplemente esta es mi vida y yo decido como vivirla y obviamente también decido como moriré. — ¿Val? — El tono alto de la voz de Egil me saca de mis pensamientos — ¿Qué pasa cariño? hace días estas actuando extraño — deja caer y sé muy bien que está preocupado. Quizás sea tiempo de empezar a vivir y para hacerlo tengo que terminar con ciertas cosas que me atan a esta vida. Egil es una de ellas. Me detengo junto a los bancos de la cocina. — ¿Dónde está el gato Val? — pregunta de nuevo dejado su bolso sobre la encimera mirando a nuestro alrededor. A Ull lo deje con Hel, cuando sali corriendo de su casa ni siquiera me acorde del pobre minino, pero sé que esta bien, él lo cuidara incluso mucho mejor de lo que quizás yo podría hacerlo. — Desapareció…— murmuro pasando junto a él, pero una de sus manos se cierra sobre mi brazo y me gira con cierta brusquedad. Sus ojos rasgados me observan llenos de desconfianza y dudas. Suspiro y trato de liberarme pero no lo consigo. Su agarre haciéndose más fuerte. — ¿Qué pasa? — Insiste — desapareciste casi cuatros días Val… — Cuando tú lo haces por tu trabajo no digo nada Egil…— suelto algo frustrada intentado nuevamente soltarme — ¿puedes soltarme? — Cuando desaparezco estoy trabajando y lo sabes...— me reprocha y ya mi cuerpo está demasiado tenso gracias a la forma en que me está observando y como me sujeta. — ¿En que trabajas que ni una puta llamada me haces? — Suelto empujado su pecho y sus ojos se abren como platos cuando repito la acción y continuo recriminándole cosas — ¿Qué demonios haces durante un puto mes fuera y ni siquiera te molestas en saber si estoy bien? — finalmente me libera y da un paso atrás. — Nunca te ha interesado mi trabajo — suelta entre dientes — ¿Qué pasa? — insiste y rio sin ganas. — No pasa nada…— me giro una vez más pero su voz me detiene. — ¿Quién es el sujeto de cabello plateado? — mi cuerpo se tensa de inmediato al escuchar su pregunta. — ¿Qué? — El idiota que estuvo aquí contigo…— suelta entre dientes y mi cuerpo se tensa aún más. Como es que sabe que Hel ha estado aquí, de pronto las alarmas se encienden en mi cabeza y doy un paso atrás desconfiada al ver ese brillo hostil en su mirada. — ¿De qué hablas? — finjo demencia. — Sabes muy bien de quien estoy hablando…— da un paso en mi dirección y me tenso aún más sintiendo como mi corazón empieza a latir con frenesí. — No, no lo se — El sujeto del restaurante y el que vino aquí contigo hace unos días…— mi ceño se frunce y entonces caigo en cuenta. — ¿Estas vigilándome? — escupo incrédula. — Estoy cuidándote…— aclara entre dientes y rio sin ganas negando con la cabeza. — ¿Instalaste cámaras e mi casa? — suelto entre cabreada y demasiado sorprendida. — Val, ¿Quién es ese tipo? — continua acercándose a mí. Su porte amenazador me hace retroceder, ya estamos en el pasillo y el continua acercándose a mí, con expresión seria, sus oscuros ojos me miran como si lo hubiese traicionado. Bueno hasta cierto punto lo hice, pero ¿eso qué? no tengo idea de lo que él hace cuando desaparece. — No me repetiré Val, ¿Quién es? — trago duro cuando chocó contra la pared del fondo y lo único que nos separan son solo algunos pasos. — ¿Qué haces? — pregunto en un susurro cuando noto la intención de lastimarme si no respondo. — ¿Estas engañándome con ese tipo? — pregunta entre dientes. La furia clara en su mirada. Mi cuerpo se tensa cuando sus puños se cierran a los costados de su cuerpo y reacciono mucho antes que él pueda acercarse por completo, corro a mi habitación y escucho sus pesados pasos seguirme, no tengo a donde ir, pero si como defenderme. Cuando me giro elevando mis manos para enfrentarlo, se detiene de golpe y ladea su rostro, sus labios dibujan una sonrisa maliciosa y toda la piel de mi espalda se eriza. — ¿Vas a pelear conmigo? — pregunta en un tono que jamás le había oído. — Egil, ¿Qué haces? — su sonrisa se ensancha y empieza a retorcer sus manos entre sí. — Tuviste la estúpida idea de creer que no me enteraría Val…— su voz suena fría, distante — que tonta, yo siempre se lo que haces, como lo haces y lo que no…— mi cuerpo se tensa cuando un paso más y sé que Egil no es el tipo que creo que es. — Y tú tuviste la estúpida idea de creer que podrías escapar de mí…— de pronto la voz de Hel llena el lugar y la sorpresa me arropa cuando una de sus tatuadas manos se posa sobre el hombro de Egil y lo gira con rudeza. Sin esperar alguna respuesta por parte de él, asesta un puñetazo en su mandíbula con tanta fuerza que soy capaz de escuchar un crack. Mis ojos se abren como platos cuando Egil cae al suelo sosteniendo su quijada, pero Hel no le da tiempo de nada cuando ya está pateando su abdomen. — Jugando a ser un novio perfecto eh…— se burla para luego volver a golpearlo — eres bueno Carlson pero no el mejor…— suelta llevando una de sus manos a la espalda de dónde saca un arma. Mis ojos se abren como platos y no entiendo que mierda está pasando. — Pero nos entrenan para ser assassins no para fingir que somos normales…— y sin más dispara. El ruido llena el lugar sobresaltándome. Todo pasa en cámara lenta, la cabeza de Egil golpea el suelo dejando un charco de sangre debajo de él. Mis ojos se abren como platos y sorprendida busco la mirada de Hel que solo me mira con esa expresión aburrida. Lleva una chaqueta de cuero negra, con el cuello levantando, una franela gris, un jean n***o y las botas de combate, además un pañuelo n***o decora su cuello, tapando parte de su rostro. Mi ceño se frunce cuando sus ojos simplemente me miran con esa expresión vacía. — ¿Qué…— no termino de hacer la pregunta cuando eleva el arma y me apunta con ella. — Te dije que huyeras Valkiria… No sé qué pasa pero solo soy capaz de escuchar otra detonación y cierro mis ojos esperando que el dolor me abrac
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD