Capítulo 5 - Gamla y Drottinn

2557 Words
*Lineamentos inquebrantables de Stillhet. Todo m*****o de la organización que este por tener un hijo está al tanto de saber que este es hijo de la misma. Por ende al momento del parto, el neonato es apartado de su progenitora y llevado a las cuadras de entrenamientos. Tener hijos no es obligatorio, es una decisión que cada Assassin debe tomar, consciente de los lineamientos* Melker Bunderson.Ubicación: Instalaciones de Stillhet,  Sede de Berlín – Alemania Hora: 2255 horas.   Las luces de la ciudad destellan con intensidad al otro lado del rio, demostrando la grandeza que hay detrás de cada muro y confirmando que cada país puede levantarse y superar una guerra. Suspiro llevando el vaso de cristal que sostengo a mis labios y doy un sorbo al líquido ámbar que quema mi garganta al tragar. Esta es una de las vistas que más disfruto a lo largo del día, es un recordatorio constante de lo que ocurrió hace algunos años. Suspiro una vez más mirando la hora en mi reloj. Solo cinco minutos para que este aquí, puntual como siempre, es un reloj suizo. Muevo los hielos dentro del vaso y el tintineo de estos contra el cristal me hace sonreír. Ruidos como este de alguna forma siempre me han gustado. Poso mis ojos una vez más en el firmamento. Las luces de Berlín titilan del lado este haciendo que mi ceño se frunza. En esta ciudad los apagones son tan poco comunes que me parece muy extraño. Pero solo ha sido un bajón eléctrico, algo ciertamente extraño pero que ignoro de momento. Doy otro trago a mi vaso en el momento en que un par de golpes suaves en la puerta me advierten de su llegada. Observo una vez más el reloj y sonrió al notar que ha llegado dos minutos antes, aunque me entusiasma que se adelante es señal de algo más. — Adelante…— mi voz llena el espacio y la puerta se abre. Mis ojos permanecen en el firmamento contemplando el paisaje, pero en el reflejo del vidrio delante de mí soy capaz de verla a ella, logrando acaparar todo mi atención, una falda negra ajustada a sus torneadas piernas, una blusa blanca de botones negros que se abrochan justo hasta el inicio de sus pechos, que se insinúan sensualmente por el escote, entre ellos un bonito dije con diamantes destella. Un moño alto y perfectamente sujeto recoge su cabello. El ruido de sus tacones negros de quince centímetros repiquetea en el suelo mientras se acerca a mí. Nuestras miradas se encuentran en el reflejo y la comisura de sus labios teñidos de rojo intenso tira hacia la derecha regalándome esa clásica sonrisa ladeada que la caracteriza. — Bebes sin mi…— su sensual voz inunda el silencio, colocándose a mi lado, causa ese efecto seductor. — Ha sido un día complicado…— murmuro dando otro trago — ¿Qué tal el tuyo? — respira profundo y permanece en silencio. Ninguno de los dos dice nada por algunos segundos hasta que ella suspira. Es tan extraño escucharla hacer eso, que giro mi rostro y me concentro en su perfil. Seres es una mujer increíblemente hermosa, sexy y con una elegancia natural. Sus ojos se encuentran fijos en el firmamento, justo como hace unos segundos yo lo hacía. Cierra sus ojos un instante y luego se gira para verme. Nuestras miradas se entrelazan y siento ese tirón en el pecho que siempre he sentido cuando la veo a los ojos. Hay cosas que nunca cambian y ese tirón en mi pecho es uno de ellos, uno que me recuerda que tengo una o varias debilidades. — Conocí personalmente a Kol Helheim…— habla despacio, acariciando las palabras. Una de mis cejas se eleva y sonrió. Hel es la mascota favorita de Aren, fue uno de los chicos que saco de Helheim hace algunos años y por alguna razón que desconocemos se apegó a él, al punto de hacerlo su protegido, cosa sumamente extraña entre nosotros, ya que no gozamos de esos importantes lazos afectivos que unen a otros seres humanos. — ¿Y? — pregunto con curiosidad. — Es todo lo que Aren siempre ha dicho sobre el…— responde con simpleza antes de poner sus ojos al frente una vez más, rio suavemente. Aren es un hombre básico. Un sujeto que aunque es sumamente fuerte, decidido, inteligente e intimidante es un puto dolor en el culo. — Y mucho más — agrega en un susurro, esas palabras me hacen fruncir el ceño. — ¿Qué quieres decir? — Es un hombre…— hace una pausa y ladea su rostro antes de continuar — bastante interesante… — ¿Interesante? — Pregunto sorprendido — pocas cosas le resultan interesantes al Drottinn a estas alturas de la vida…— Seren sonríe y asiente. — El me lo parece y mucho…— rio suavemente para luego vaciar el contenido de mi vaso en mi garganta. — ¿Por qué? — pregunto nuevamente. — No desvía la mirada, no se intimida con facilidad, de hecho creo que no lo hace y además es un perfecto imbécil…— enumera sin dejar de ver el exterior — sigue siendo el mismo, no ha cambiado ni un poco con el paso de los años Melker…— murmura posando sus ojos en mí. — ¿Te preocupa? — pregunto curioso. — No, solo me intriga…— comenta girándose para caminar hacia el mini bar donde toma una copa y se sirve un poco de champan — la última vez que lo vi tenía apenas diez años y acababa de fracturar el humero de uno de los gemelos — da un sorbo a su copa y se gira para verme — para luego clavar una daga en el costado del cuerpo de Haakon, el niño que no lo dejaba ni a sol ni sobra sin siquiera parpadear, estaba enfrentándose a los cuatro al mismo tiempo y ninguno alcanzo a rosarle si quiera una hebra de cabello — sonrió ante el recuerdo y como la furia de los gemelos se hizo presente ese día. — Era un chico con mucha habilidad…— Seren sonríe y asiente. — Ahora es un hombre y sigue siendo exactamente igual a ese niño… — Incluso es más letal hermosa…— murmuro acercándome a ella para tomar la copa de su mano, sus ojos se fijan en los míos y ese tirón en mi pecho se hace presente una vez más. — ¿Qué sabe el Gamla sobre Hel que no me ha contado? — pregunta achicando sus ojos y mirándome con suspicacia. — Se lo que tengo que saber sobre cada uno de los miembros de la organización y tú sabes lo que tienes que saber…— respondo rodeando su cintura con una de mis manos y pegándola a mi cuerpo — ¿llegaste dos minutos antes para hablar de Kol? — pregunto inclinándome sobre su cuello. Su piel erizándose. El cual ladea y me permite completo acceso, respiro profundo acariciando su piel con la punta de mi nariz, llenándome con la fragancia de su perfume caro. Sonrió porque es el mismo que le regale hace un año en su cumpleaños. — Un poco si…— jadea cuando empiezo a besar su cuello y dejar pequeños mordiscos — Aren volvió hablar de Valkiria…— en cuanto dice ese nombre mi cuerpo se tensa y me aparto de inmediato para verla. Su mirada es un mar de emociones que reconozco pero haciendo lo propio ignoro. — ¿Qué te dijo? — pregunto conteniendo las ganas de bajar hasta la oficina del idiota y romperle cada maldito hueso por meter sus narices en cosas que no son de su incumbencia. — Lo de siempre…— murmura — que su muerte no tuvo sentido y que es evidente que deberíamos investigar más…— sonrió de lado y suspiro. Aren ha insistido en el tema desde que lo supo. Suspicaz siempre ha intentado presionar a Seren para hablar del tema. El problema es que ella no le dirá absolutamente nada. — ¿Por qué crees que a Aren le interese tanto Valkiria? — indago. — Porque es nuestra hija…— murmura Seren con frialdad y resentimiento. — Hay algo más detrás de su interés — comento lo que siempre me ha molestado pero nunca había exteriorizado — Aren no mueve piezas y no hace preguntas a menos que conozca las respuestas…— su cuerpo se tensa y me observa atenta. Pero no agrego nada más, solo me inclino sobre ella y beso una vez más su cuello antes de liberarla es un casto beso que aun así la hace estremecer. — Deberíamos ir a verla…— murmura de pronto un tanto insegura y verla de esa forma me cabrea. — Seren, Valkiria murió hace cuatro años…— le espeto apartándome de ella con brusquedad. Odio tocar el puto tema, odio recordar que después de todo logramos sacarla de aquí pero tuvimos un alto precio que pagar por darle una nueva vida. Un precio que jamás creí que me afectaría o que me hiciera sentir tan miserable. Un precio que aunque estaría dispuesto a pagar una y otra vez, duele algo que no debería existir al menos para alguien como yo. — No confió en Aren… — Nunca lo has hecho…— me giro para enfrentarla — no pondré en peligro a Val solo porque tú quieras verla…— le echó en cara lo lógico en este momento, sus ojos se humedecen mirándome con reproche pero de inmediato se recompone. El desafío claro en su mirada, esa mirada que más de una vez me ha dejado en claro que de querer destrozarme lo haría o al menos lo intentaría. — Desplegare un código de reconcomiendo…— suelta de pronto altanera y desafiante — hablare con los gemelos — una risa amarga se escapa de mi garganta. Doy un par de pasos acortando la poca distancia que nos separaba y la tomo por el cuello con fuerza, mis dedos cerrándose sobre la piel que hace instantes besaba con calidez y devoción. Sus ojos irradian ira y resentimiento. Me pone como un tren que me desafié, me enloquece que juegue con mi paciencia incluso con el poder que sustento pero no tiene que olvidar quien mierda soy y aunque la amo ambos sabemos que si debo terminar con su vida lo hare por la de ella, lo hare. — No me tientes Seren…— le advierto — Valkiria dejo de ser tu hija en el instante en que tomo la primera bocanada de aire por su misma fuera de tu vientre…— saco a relucir mi título, nuestras reglas para recordarle quien mierda es y así asegurar lo que nos quitó tanto pero le dio más a Val. Sus ojos se cristalizan una vez más, dejando salir otro poco de la humanidad que no tenemos permitido sentir, que de hecho no existiría de no ser por Valkiria. Mis manos se cierran otro poco sobre su cuello antes de continuar, mi tono mortal, cortante. — Recuérdalo nuestros hijos son hijos de la organización en el momento en que nacen y por ello no los quitan…— una lagrima rueda por su mejilla y suspira cerrando los ojos. Todo sería más fácil si esa regla hubiese aplicado a nosotros. — Necesito saber que está bien…— murmura y aprieto un poco más mi agarre sobre su cuello, necesito que vuelva, que regrese y sea una vez la Drottinn que me tiene a sus pies a pesar de ser su líder. — Es Valkiria hermosa…— respondo con orgullo, seguro que hicimos lo mejor por y para ella — estoy seguro que está perfectamente.   Kol Helheim.Ubicación: Departamento de Kol, Berlín – Alemania. Hora: 9:45 pm   Silencio. Es todo lo que se escucha a mi alrededor cuando abro los ojos, parpadeo un poco tratando de enfocar en medio de la oscuridad. Alguien se remueve a mi lado en la cama para luego colocar una sexy pierna tatuada sobre las mías. Una mano delicada se posa sobre mi pecho y permanece allí. Cuando deslizo mi mirada por el brazo hasta alcanzar el rostro sonrió de lado al ver a Lurleen. Luce tranquila, relajada, incluso casi angelical pero es Lurleen y no tiene nada angelical en ella. Tomo su mano y la quito de mi pecho, por inercia retira su pierna y se gira dándome la espalda. Paso mis manos por mi rostro y me pongo en pie saliendo de la cama. Camino hacia el baño y enciendo la luz para mirarme en el espejo. Mi reflejo completamente desnudo me recibe. Me coloco de lado para revisar los golpes que la pelirroja  me dio más temprano y solo tengo un pequeño morado del tamaño de su puño, que ni se nota por la cantidad de tinta en mi piel. Cuando me coloco de frente esta vez me dedico a buscar un lugar para mi nuevo tatuaje. Me acerco un poco más al espejo y detallo las obras de artes que decoran mi piel, claro recordatorio de la hermosura que se esconde en la muerte. Cada uno de ellos ha sido un objetivo que he eliminado, por lo que tengo muchos. Aun no sé nada de mi objetivo actual algo que me dice que este será por mucho el más interesante de estudiar. Sin encontrar un lugar que me parezca apropiado sin conocer sobre ella, me giro y entro a la ducha. Abro el grifo y dejo que el agua helada golpee mi espalda erizando mi piel por el cambio de temperatura. Permanezco unos minutos debajo de esta hasta que la voz de Erika llena el silencio. — Buenos días Hel… — Buenos días Erika — ¿Necesitas algo? — pregunta cómo cada mañana. — Nada por el momento, saldré a correr cuando Lurleen despierte dile que tome lo que está en la gaveta derecha de la mesa de noche por favor…— hago una pausa y abro los ojos sintiendo como el agua pincha mi piel. — ¿Entendido, algo más? — ¿Conseguiste algo del objetivo? — Solo un par de coincidencias que no me llevaron a ningún lado…— mi ceño se frunce. — ¿Qué quieres decir? — Encontré una coincidencia en Georgia de hace año y medio pero no hay nada relevante de ella en la ciudad, ningún registro, nada — explica — el segundo lo encontré aquí en Berlín de hace tres meses, pero es un solo el reflejo en un vidrio — eso llama mi atención. No ha conseguido nada sobre ella. Pero consigue el reflejo de un vidrio que concuerda con la estructura ósea de ella. Sonrió incrédulo. — ¿El reflejo en un vidrio? — Si Hel…— esto es demasiado poco común. — Así que ahora no solo estas muerta…— sonrió — eres un fantasma.     Gamla: significa viejo o antiguo en nórdico antiguo y es como se le conoce al líder de la organización. Drottinn: significa señor en nórdico antiguo y es como se le conoce a la mano derecha del Gamla.
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