Capítulo 12 - Irritante, descarada y mentirosa.

2775 Words
Kol Helheim.Ubicación: Berlín – Alemania Hora: 8:00 pm (Víspera de navidad)   Desciendo hacia el suelo con mis ojos fijos en la franja blanca que divide la baldosa del mismo. Para luego volver a estirar mis codos y hacer un par más de repeticiones de las flexiones de pecho. De fondo la voz de The Nightmare, suena con uno de sus últimos temas. El sonido del piano al inicio y luego como insertan la batería y la guitarra lo convierten en uno de mis temas favoritos, sin hablar de la increíble voz de Zero, el vocalista de la banda. Termino tumbándome de espaldas al suelo. Sintiendo la frialdad de este en mi piel. Suspiro y me pierdo en mis pensamientos, esos que me llevan una vez más a ese jodido maletín en el departamento de mi objetivo. No he sabido nada de ella desde hace algunos días, no regreso y por mi está bien, aunque sé que lo hará tarde o temprano. — Erika…— llamo a mi asistente virtual. — ¿Si Hel? — Necesito que consigas la forma de saber el contenido de ese maletín… — Hel necesito el código de acceso para poder hacerlo, sin ello no puedo — pongo los ojos en blanco. No quiero volver allí, al menos no sin que sea ella quien me invite al lugar y tampoco quiero entrar a su espacio sin invitación. Cierro mis ojos y me dejo ir con el ritmo de la música, mi pie golpetea el suelo al mismo tiempo que el doble pedal de la batería lo hace. Mis labios se curvan en una sonrisa cuando una vez más el vocalista canta y a él se le une la voz femenina de la banda. Mi momento de paz se ve eclipsado cuando la voz de Erika arruina la voz de la guitarrista. — Hel, el objetivo se acerca al perímetro…— mi ceño se frunce y me siento de golpe. — ¿Qué? — miro hacia el pasillo que da a la entrada principal de la casa y suspiro. — El objetivo está aquí, a tres segundos de tocar la puerta…— y efectivamente varios golpes sobre la madera me advierten de su irritante presencia. Doblo una de mis rodillas y apoyo mi mano mientras la paso por mi rostro. Adiós paz y tranquilidad, ¿Qué caso tiene vivir tan lejos de todo el mundo si cada que quieren vienen a joder? Los golpes continúan sobre la madera y me dejo caer en el suelo una vez más, cerrando los ojos. — Sube el volumen Erika…— le pido ignorando el ruido. — Claro Hel…— la música aumenta acallando de esa forma los golpes y me relajo una vez más. Pasan algunos minutos y el tema termina pero con el inicia otro y sigo en el suelo disfrutando de este momento de tranquilidad que he decidido tomarme antes de empezar con el trabajo. Unos tres minutos después nuevamente Erika rompe el silencio. — Hel el objetivo está por lanzar uno de los materos a la puerta…— mi ceño se frunce incrédulo por las palabras de mi asistente virtual. No alcanzo a preguntar nada porque un fuerte ruido me hace sentarme nuevamente de golpe. Me pongo en pie y justo como estoy camino hacia la entrada, donde una pequeña línea fractura la madera que separa el exterior de la casa con el interior. Abro la puerta de un tirón y encuentro a mi objetivo apartando el cabello de su rostro antes de elevar el rostro y un trozo de cerámica en su mano. Al verme sus cejas se elevan y su expresión sorprendida me recibe, solo demora unos segundos mirándome a la cara ya que sus ojos se desvían con rapidez por mi cuerpo. Deteniéndose varios segundos en mi abdomen desnudo, sus ojos se abren aún más cuando alcanza a ver mi entrepierna. Solo llevo un bóxer azul marino su labio inferior es atrapado por sus dientes y un brillo deseoso y curioso se imprime en su mirada. Una de mis cejas se eleva la ver el desastre a su alrededor. Tierra negra, restos de platas y cerámicas se encuentran esparcidos alrededor de sus botas. Cuando vuelvo mirarla esta vez lleva una sonrisa nerviosa en sus carnosos labios. Continúo con la inspección del desastre que hizo. La puerta de mi casa tiene tierra y algunas hojas verdes. Además de una fisura que la agrieta casi que justo a la mitad. Desvío mis ojos hacia ella que tiene esa jodida expresión de niña buena que no me trago. — Hola…— me saluda y ya quiero entrar solo con oír su nota animada. Miro el desastre una vez más a sus pies y me giro para entrar, ya lo limpiare luego, cuando estoy por cerrar la puerta su mano la detiene. — ¿En serio? — Pregunta desconcertada — vengo aquí la víspera de navidad, aviento un matero, contra la puerta de tu casa, no cualquiera es tuyo por cierto…— agrega girándose y señalando a su izquierda donde efectivamente hay un espacio vacío entre los materos que decoran la entrada — ¿y solo me miraras así y te iras? — la comisura de mi labio amenaza con dibujar una sonrisa pero la contengo. Está haciendo de todo para llamar mi atención, cuando no tiene ni idea que la tiene por completo, al menos para saber quién demonios es, ella y porque Aren la quiere muerta. — Si, es justo lo que hare…— respondo intentando cerrar la puerta una vez más pero esta vez quien detiene la puerta es su bota. — Vamos, ¿no me invitaras a entrar? — frunzo el ceño y dejo escapar el aire de mis pulmones. Quería que viniera, pero no justamente hoy. Pero ya que está aquí, pues ni modo. Abro la puerta y me hago a un lado, ella sonríe ampliamente y salta para evitar pisar más tierra. Cuando pasa frente a mí me regala una amplia sonrisa que evidentemente no le devuelvo. — ¿Qué haces aquí? — le pregunto mientras sigo por el pasillo. — Pues estaba de paso…— comenta y esta vez si rio suavemente. El sarcasmo es algo muy común en ella. Cuando me escucha reír se detiene y se gira para verme. Sus ojos me escrutan con atención y una vez más mi rostro vuelve a su acostumbrada seriedad. — ¿Por qué te reíste? Es la verdad…— comenta cruzándose de brazos. — Claro…— paso junto a ella mientras sus ojos una vez más se desvían a mi cuerpo. — Bien no estaba de paso, solo quería verte…— camino sin detenerme hasta la cocina donde me detengo para girarme y enfrentarla. No se da cuenta que me he detenido por lo que su cuerpo impacta contra el mío. Suelta un jadeo y eleva sus ojos para verme. — Yo no quiero así que puedes irte…— le hago una ligera señal con mi cabeza pero sus ojos siguen fijos en los míos. Y haciendo caso omiso de lo que acabo de decir, humedece sus labios y sonríe de lado. — Es víspera de navidad, no puedes echarme…— elevo una de mis cejas. — No celebro navidad…— sus ojos se abren como platos y niega con la cabeza. — ¿Que tú qué? — abro la boca para decir algo mas pero no me permite — Hel es la época más hermosa del año, las familias se reúnen, pasan tiempo juntos, comen, ríen, decoran un árbol…— suena entusiasmada hasta que de pronto sus ojos van perdiendo brillo — y lo pasas genial…— termina susurrando. — Si haces todo eso, ¿por qué estás aquí? — pregunto cruzando mis brazos sobre mi pecho y recostando mi hombro al marco de la puerta. Sus labios se abren para responder pero no lo hace, permanece en silencio mirándome seria. Sus rasgos se llenan de una emoción que he visto muchas veces que pero que nunca he sentido. Tristeza. — Porque…— murmura, pero no dice nada. — Erika por favor cierra con seguro cuando salga…— espeto antes de girarme y seguir al interior de mi cocina. — No por favor…— me detiene — Hel estoy aquí porque no tenía nada más que hacer, soy nueva en la ciudad y mi compañera de departamento esta con su familia…— cuando dice esto último sonrió. Descarada y mentirosa, otro par de aspectos que puedo ir agregando a la lista de “virtudes” de Val. — Vives sola Val…— la corto antes que pueda continuar — bueno con Ull...— me corrijo recordando el gato en su departamento. Su boca se cierra y vuelve abrirse, al mismo tiempo su ceño se frunce y sus manos se acomodan sobre su pecho cruzándose. — ¿Por qué entraste a mi departamento? — Pregunta — de hecho ¿Cómo pudiste noquearme otra vez? — No te noquee te cede, son cosas distintas…— le aclaro haciendo que su ceño se frunza aún más y una mirada iracunda la llene. — Da lo mismo volviste a hacerlo sin más…— me espeta. — Te di la opción de escoger — me encojo de hombros — siempre lo hago, tú decides lo que pasara, no yo…— le aclaro, ella abre su boca para decir algo pero me inclino sobre ella. De inmediato sus ojos se centran en los míos y su cuerpo se tensa cuando estoy a escasos centímetros de su rostro, sus ojos me escanean con detenimiento. — Así que deja de quejarte…— su mirada se desvía a mis labios y los suyos pronto están siendo mordidos por sus dientes. Su cuerpo se tensa aún más por mi cercanía, pero no aparta la mirada ni retrocede, esa seguridad y fortaleza aparente para no sentirse intimidada me agrada. Permanezco un instante en la posición y luego regreso a la que ocupaba antes, es decir a un paso de distancia. Disfruto del silencio que se crea entre ambos hasta que nuevamente su voz lo rompe. — No me estoy quejando…— murmura haciendo que me detenga — solo quiero entender porque lo haces…— me giro para verla, su expresión se ha vuelto seria, no hay brillo en sus ojos y la frialdad con la que me mira me hace fruncir el ceño. — ¿Por qué hago qué? — le pregunto reparando en la forma en que su mentón se eleva y poco a poco va tomando una actitud desafiante. ¿Por qué me golpeaste en la calle el otro día y me trajiste aquí, para luego liberarme? — nuevamente esa pregunta, solo que esta vez hay algo distinto en la forma en que la está haciendo — ¿Por qué me dejaste entrar luego aquí, porque saliste conmigo y tu amigo, para luego llevarme a la fuerza a mi casa? — empieza andar en mi dirección. Su postura ya no es la de esa mujer ansiosa o nerviosa. Todo en ella en este instante grita seguridad, confianza como si estuviera muy segura que si de querer librarse de mi lo haría con facilidad. Cuando se detiene a solo un paso de distancia su rostro debe elevarse para poder verme. Nuestras miradas se encuentran y de pronto siento estar mirándome en un espejo. Mi ceño se frunce porque no logro ver nada de esas emociones que he venido deslumbrado desde que tropecé con ella. Justo en este instante Val es un tempano sin emociones. — ¿Por qué haces esto Hel? — murmura mirando mi rostro con atención. No respondo de inmediato analizando este repentino cambio en su actitud. De algún modo me recuerda a Haakon cuando hace esos saltos y entra en modo asesino. — Porque quiero…— respondo con simpleza y lentitud. Sus ojos se desvían hacia a mis labios una vez más al mismo tiempo que humedece los suyos con su lengua, es un gesto pausado que termina con su labio inferior entre sus dientes. — Quiero que dejes de joderme…— murmura acercándose aún más a mí. Elevo una de mis cejas, sonrió de lado porque está pidiéndome que la deje en paz pero está acercándose cada vez más a mí. — No he sido yo quien ha ido cada tanto hasta tu casa a joderte Vale…— le recuerdo. Sus labios se abren para protestar pero no consigue nada bueno que decir. Por lo que permanece en silencio y mi sonrisa se ensancha. — El silencio es una virtud que no creí que tuvieras…— me burlo con sarcasmo. Su ceño se frunce y apoya el peso de su cuerpo en una de sus piernas para luego cruzar sus brazos nuevamente sobre su cuerpo, bloqueando cualquier intento por tener esta conversación. — ¿Y qué virtudes se supone que según tu tengo? — el desafío en su mirada es evidente pero también se evidencia la irritación que causaron mis palabras. Me inclino sobre ella terminando de acortar la distancia que había entre ambos. Su rostro se echa hacia atrás un poco tratando de evitarlo pero al notar como sonrió regresa a la posición inicial, donde nuestras narices están a nada de rozarse. — Irritante, descarada y mentirosa…— murmuro sin dejar de verla a los ojos.  Sus labios se entreabren para tomar una bocanada de aire para luego liberarla lentamente. Su aliento golpea mis labios y sonrió de lado al notar cuan afectada se siente por mi cercanía. Le atraigo. Noto como trago con fuerza antes dar un paso atrás y alejarse. Sus ojos se desvían hacia mis labios una vez más y luego descienden por mi cuerpo. — El único irritante aquí eres tú…— murmura con voz ronca. — Puede, pero por alguna razón no puedes dejar de venir aquí para verme…— acoto lo obvio haciendo que sus ojos se agranden. — Por favor…— bufa, poniendo sus ojos en blanco y apartándolos de mí. — Como me equivoco, cierra la puerta al salir…— elevo mi brazo y señalo el pasillo detrás de ella. De inmediato su rostro se gira para verme de golpe y una vez más sus ojos están cargados de emociones. La ansiedad principalmente en la que decora su expresión. — ¿Estas echándome? — pregunta incrédula. — No, estoy invitándote a largarte amablemente…— suelto con sarcasmo girándome para dar por finalizada la conversación. He visto más de ella en estos cinco minutos de los que podría haber visto en varias horas hasta el momento. Comienzo a sospechar que hay mucho más oculto detrás de esa bonita cara y esa apariencia sencilla. Cuando alcanzo la alacena para empezar a buscar lo que preparare para cenar el ruido sordo de algo al golpear el suelo me hace girarme. Val continua en el mismo lugar solo que ha dejado caer el bolso que tenía en su espalda. Sus ojos me miran con atención y cierto resentimiento. — ¿Te molesta que este aquí? — pregunta con una repentina convicción que me hace elevar mis cejas. — La verdad me da igual…— me encojo de hombro volviendo mi atención al interior de la alacena — el lugar es grande si no tienes a donde ir y quieres merodear el área adelante, solo cállate y no molestes…— le dejo en claro tomando un poco de jamón serrano y un paquete de pan cuadrado. — Es víspera de navidad Hel…— repite en un susurro que me hace fruncir el ceño. Salgo nuevamente de la alacena para verla, sus ojos están fijos en el suelo y la tristeza esta vez es dueña de su expresión. — ¿Y? — pregunto sin comprender a dónde quiere llegar o porque es tan importante la maldita fecha. — No quiero estar sola…— esas últimas palabras las dice tan bajo que me cuesta oírlas, pero lo hago. — No soy niñero ni buena compañía Val…— comento caminando hacia ella. Cuando la alcanzo sujeto su mentón con mis dedos y la obligo a mirarme. Sus ojos están cristalizados y eso me hace ladear el rostro sin comprender qué coño está pasando. — Pero si vas a quedarte no quiero que me molestes…— agrego, notando que esto puede servirme para saber qué coño oculta y porque rayos Aren la quiere muerta.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD