Capítulo 16: Me incumbe

941 Words
Ethan Regresar de aquella boda en la madrugada no impidió que tomara mi computadora y empezara mi propia investigación.  Abrí el buscador de internet en la sección de noticias y redacté la palabra Praga. En menos de un minuto aparecieron frente a mí diversas opciones, incluyendo las fotos y recientes notas malintencionadas de Orlando Torcchio. Profundicé la búsqueda, ajusté los filtros centrándome en la información de los años anteriores, estuve a punto de rendirme cuando no me topé más que con imágenes de los eventos a los que asistían y puras conjeturas sin confirmar de medios que solo buscaban audiencia.  Una publicación de más o menos cuatro años atrás apareció frente a mí como un resultado exitoso. Era la entrevista en la que toda la familia Praga aclaraba los eventos raros que se habían desatado en su cúpula tras la muerte de Jennifer.  Todos contaron su verdad, incluyendo Marcela. Leí sus líneas una y otra vez.  “(...) El matrimonio (con Alexander Bellini) se dio porque yo era la mayor y además, como ya se sabe, el señor Biaggi tuvo muchos problemas con él. Lo conversé con ella (Jordan) cuando aún era menor y no tenían nada, en ese entonces Jordan solo lo veía como una atracción imposible, así que procedí a aceptar el matrimonio para proteger a la familia. Mi hermana y Alexander se aman de verdad, son el tipo de amor que alguna vez me gustaría tener.”  No cuadraba. Tan solo unas noches anteriores me había dicho que no conoció a Jordan hasta hace un par de años, que la que amaba a Alexander era Jennifer, incluso confesó haberse metido con él para hacerla llorar.  Más abajo hallé las declaraciones del mismo Alexander.  “(...) La gente apenas piensa que engañamos a Marcela durante el matrimonio y preferimos guardar la posibilidad (de una boda) hasta que los hechos tengan algo más de tiempo.” ¿La habían engañado de verdad? Recordé una vez más otra de las frases que me había dicho en el hotel.  “Porque llegó Jordan y me lo quitó. El Karma me está haciendo pagar todo, incluyendo la posibilidad de ser feliz” De pronto todas mis ideas parecieron tomar un rumbo concreto, formando una sola pregunta.  Entonces… Jordan le quitó al hombre que apartó de Jennifer. ¿Por eso intentó matarla?  ¡Dios santo! Pensar en eso me ponía la piel de gallina, no podía concebir que un rostro tan angelical como el de esa castaña llevara a cabo actos tan despiadados.  Cerré la página para ir en busca de otra, en donde hallé muchas fotos del día del funeral de Jennifer. Jordan y ella caminaban al lado de sus padres, como si nunca hubiese existido trifulcas o problemas entre ambas.  ¿Por qué demonios esa familia era tan compleja de entender?  Ni siquiera era una persona cercana a ellos como para preguntar y se suponía que no debía importarme, yo era el simple pediatra de Luciana. No tenía derecho a meterme en sus asuntos.  Me dormí pensando en que lo mejor sería alejarme de Marcela, aunque era obvio que necesitaba ayuda, quizá yo no era el indicado para dársela.  Ni siquiera era de su mismo estatus social.  La mañana siguiente todo pareció volver a la normalidad. Desperté temprano para ir al trabajo y atender a los mismos pacientes como ya era habitual, cerca del mediodía una figura inesperada me abordó antes de salir a almorzar.  Helena se encontraba esperándome en el pasillo y su rostro no parecía del todo contento.  –¿Helena? ¿Qué pasa? –pregunté desconcertado por su aparición– –Eso debería preguntar yo. Desapareces en el club una noche diciendo que tuviste una emergencia, quedó preocupada por ti y trato de comunicarme contigo durante los días siguientes pero no obtengo ni siquiera una mínima respuesta.  –Helena yo…  –¡Por si fuera poco hoy apareces en las revistas de chismes una vez más! ¡Te veías tan feliz asistiendo a la boda de Bianca Milano y Leonida Castelli junto a Marcela! ¿Por eso ni siquiera te tomaste la amabilidad de contestar uno de mis mensajes?  Fue difícil para mi procesar aquel comportamiento de su parte, por lo general siempre había sido pacífica y amable, era bastante tolerante con cosas que incluso merecían un carácter más fuerte.  –Oye… Calmate, lamento no haberte llamado y preocuparte de esa forma. Estuve ocupado los siguientes días y asistí a la boda con Marcela Praga.  –¡Ni siquiera te preocupó si llegué bien a casa luego de dejarme tirada en aquel club! ¡Eso no es lo que hace un caballero!  Se cruzó de brazos, esperando a que me excusara con algo válido, sin embargo, la respuesta no llegó de mi, si no de otra persona inesperada.  –Lo que te molesta no es que no te respondiera los mensajes, es que se haya ido a la boda conmigo. La lengua filosa de Marcela apareció inoportuna, acechando a Helena como si fuese a lanzarse hacía ella en cualquier momento para atacar.  –Deberías ser un poco más valiente y admitir tu fastidio. ¿No crees?  La pregunta fría y directa de Marcela provocó un visible enojo en la que parecía ser su contrincante.  Ahora podía comprender un poco mejor su raro carácter, no eran solo sus comentarios venenosos, era su braveza y gesto de suficiencia inerte al encarar a la gente.  –No es algo que le incumba señorita Praga, estoy hablando con Ethan.  –Si estás hablando con él me incumbe, porque es la persona con la que estoy saliendo.  Maldije, presintiendo que lo peor se avecinaba.   
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD