Estamos frente a frente a aquella ciudad verde. Pero de las que tenían poco oxígeno, pero era un poco soportable. Caminamos observando todo nuestro alrededor, ahorita ciudad no circulaban tanto los militares. Pero aún así había que estar precavidos. Los vándalos siempre estaba en algún lugar esperando. Comenzamos a caminar a paso lento, al otro lado izquierdo habían muchas tiendas. La mayoría abiertas por todos lados hechas con maderas podridas muy precarias. También habían varias casas de la misma condiciones. Seguimos caminando, no sé un poco más hasta llegar un parque. Bueno bastante abandonado, los columpios estaban oxidandose. Había uno que otro niño en ellos, además también habían subibajas. Fui corriendo como niña pequeña a uno de ellos, Min me miró extrañado. —¿Tiene fiebre? —

