Hasta que te encuentre por Emma Hernández

Capitulo 2. Derrota.

Asi cómo lo había dicho al día siguiente, fuera de la fortaleza estaba un ejército de hombres armados encabezados por el joven con cabellos de plata, sus guerreros comenzaron con lanzar flechas para hacer que el contrincante baje la defensa, y con sus enormes catapultas lanzaron piedras para derribar la puerta que estaba hecho de acero uno a uno de los grandes guerreros de ambos enemigos fueron cayendo, la batalla era intensa, unos caían con flechas otros con hachas unos tenían la habilidad de blandir la espada, cuando en medio de la batalla se encuentran cara a cara.

-Te dare una última oportunidad, ¿me darás a la princesa?- Sori pregunto desafiante

El rey titubeó un momento y sin darse cuenta su mirada lo llevo hacia donde ella estaba, iba encapuchada con ropas de mendigo y estaba cruzando la plazuela ya bañada en sangre, se dirigía hacia los canales donde la gente se lanzaba los deshechos.

-Perdoname- susurro al viento, como si quería que le llevará el mensaje. Sus guerreros ya se retiraba sabían que quedarse a la batalla ya era causa perdida miro a su alrededor y se estaba quedando solo, los cuerpos de muchos de sus soldados quedaron tendidos en el suelo cubierto de color carmesí los pocos que quedaron le daban la espalda nadie más que él y el arma que aún sostenía en el aire estaban en el campo de batalla llegó el momento desesperado y termino aceptado su derrota.

-Se dirige al Sur donde los rayos de sol saliente han asomado su primera luz-dijo.

Pero aquel imponente guerrero fijo su mirada en ella y sabía que le estaba mintiendo.

-Atrapenla!!- grito la orden a sus soldados - la quiero con vida- le dijo al general que estaba a lado suyo esperando instrucción.

-Y que haremos con el rey señor?- pregunto Hiram dirigente de la guardia real.

-Capturalo y llévalo al calabozo- ordenó.

Los caballeros armados fueron a capturar a la princesa pero ella opuso resistencia. El rey la obligaba a tener todo tipo de conocimientos y la entrego a su mejor maestro en artes marciales para que cuando ella corriera peligro puediera salir ilesa pero su entrenamiento comenzaba en recientes fechas, no pudo con tantos, uno de ellos logro someterla y empuñar una daga sobre su cuello sin describir el rostro de la chica aún.

-Basta!- grito Zhedrick desde lejos -te entrego a mi hija en matrimonio es mejor que ver derramar su sangre ahora-.

-Suelta el arma- le ordeno Sori aún en su caballo al hombre que tenía sometida a Edrielle -Te daré libertad y perdón tu pueblo, te daré diez días para que le llores a tus muertos y en onceavo día regresaré por mi futura esposa.- le dijo a Zhedrick y pidió a sus hombres que se retiraran.

El rey cayo sobre sus rodillas aceptando su perdida, en los días posteriores hizo lo que tenia que hacer, dió digna sepultura a sus guerreros caídos y en ese tiempo no dirigió ni una sola palabra a Edrielle.