Capítulo 1

2425 Words
Anya He conocido a mi cuñada, la esposa de mi hermano Nikolay. Es una mujer sumamente cariñosa y sobreprotectora con las mujeres por lo que se ve.  Le sentó fatal que me quieran casar y se enfrentó a mi tío por mí. No le importó descubrirse ante mi hermano y tener una gran bronca con él. Al día siguiente se reconciliaron, pero ver a mi hermano dominado por una mujer que es casi la mitad de él, que lo reta sin echarse atrás y peleona a más no poder…me ha hecho desear tener algo así. Porque a leguas se ve lo que se aman.  Lo que me tiene mal ahora, es que ya sé como es mi futuro marido. Cuando Ailín se probó el vestido de novia hicimos una reunión de chicas. La despedida de soltera fue entre mi madre, mis hermanas y Sam, la mejor amiga de mi cuñada.  En un momento dado me preguntó si no sabía el nombre de mi prometido y al decírselo me mostró una fotografía.  Es hermoso, con sus ojos miel, su pelo castaño y ese porte de mafioso impenetrable…me dejó embobada.  Sé que mi reacción debería haber sido diferente, pero es bellísimo y desearía poder conocerlo. Quisiera que me diera una oportunidad, que me permitiera entrar en su corazón, pero esa mirada fría me dice que tal vez sea muy difícil derretir el hielo que hay en su interior.  Ahora sé que tiene 29 años, parece que es arrogante e impulsivo. Mala combinación para ser pareja de alguien tímida y vergonzosa como yo. Ojalá y nuestro matrimonio sea como otros que al tiempo llegan a quererse.  Mi padre me dijo que en tres meses y medio lo conoceré, el mismo día de mi cumpleaños.  Estoy bastante nerviosa porque no sé si le gustaré o lo que pensara de mí.  Por lo pronto me dedicaré a terminar la carpeta y el proyecto final que debo entregar en la universidad. En dos meses será mi graduación, estoy muy ilusionada porque si mi esposo me lo permite podré trabajar de lo que me gusta o ayudarlo en sus negocios.  ****** Estos meses han sido una locura. En primer lugar porque mi cuñada huyó de mi hermano, al principio nos enfadamos muchísimo con ella. Le abrimos las puertas de nuestra casa, así como nuestros corazones, ¿cómo podía dañar de esa manera a Nikolay que se desvivía por ella? Luego mi hermano nos leyó la carta con el motivo por el que ella se fue y...¡¡madre mía!! Seremos cuñadas doblemente ya que en realidad Ailín es hermana de Patrick.  Fue toda una revelación, pero más aún lo fue, el saber que estaba embarazada. No entendíamos cómo había habido un error tan garrafal en esa clínica, donde la inseminaron porque sí. Ahora teníamos el corazón roto, pensando en lo mal que se sentiría ella con lo que le estaba pasando y si le sumamos el creer que el amor de su vida quiere dañarla, es lógico que desapareciera. Todo era demasiado rocambolesco, como si fuera una telenovela.  En segundo lugar, nuestra vida estaba patas arriba ya que descubrimos que el bebé de mi cuñada era de mi hermano. ¡Sería tía! Pero no encontrábamos a Ailín por ninguna parte, utilicé un software de reconocimiento facial que instalé gracias a mis contactos, en todos los aeropuertos del mundo, con la esperanza de dar con ella. Parecía que se la había tragado la tierra, habían pasado dos meses y medio y nada de que apareciera.  Nikolay estaba irascible, enfadado, preocupado y furioso. Se enseñaba cuando torturaba, parecía que cuanto más dolor infringía, mejor se sentía. Yo estaba muy preocupada porque él nunca había sido así. Nuestra familia era un caos y si a eso le sumábamos lo que pasaba con mi tío Gustav, teníamos cartón lleno. El estrés era tanto que no había tenido tiempo de pensar en mi cumpleaños que sería en una semana.  Gracias a Dios, Ailín llamó a mi hermano pidiéndole que fuera a por ella. Así lo hizo y llegaron a Rusia para poder estar en mi compromiso. Al verla nos quedamos pasmados, su barriga era enorme, tenía cinco meses y poco pero parecía mucho más. Cuando nos contaron los pormenores y que serían trillizos lloré como niña pequeña, estaba feliz, pero también sentía envidia. Solo pude mirarla y hacerle un gesto levantando mi mano mostrando el dedo que pronto tendría un anillo. Estaba confundida, no sabía si quería que me librara de su hermano o me diera su bendición.  ****** El día llegó, hoy conoceríamos en persona al hombre que sería mi esposo. Ojalá todo salga bien porque estoy muy nerviosa y no sé si podré mantenerme en pie ante tanta gente.  —Cariño, ¿cómo te encuentras? —me dice mi madre.  —Nerviosa, no sabes cuánto —contesté.  —Tranquila mi niña, verás que todo sale bien —mi madre se destaca por ser una luz para todos nosotros y eso me ayuda a calmarme.  —En unos minutos estaré lista. ¿Ya lo has visto? —mis ansias pueden más que todo.  —Aún no, pero estoy segura de que seréis muy felices mi amor —no sé por qué…, pero algo me dice que no será tan fácil.  —Ojalá mamá, solo pido que me trate bien. Con eso seré feliz —mi madre sonríe y sale de la habitación.  Cuando bajo al salón me siento cohibida, todo el mundo me saluda, me abraza y felicita. Siento que me ahogo, quiero que todo acabe pronto.  Mi padre sube al pequeño escenario y luego de agradecer a los presentes por estar aquí, se acerca a él Patrick. Toma el micrófono y me llama.  —Buenas noches, se encontrarán desconcertados por verme aquí arriba en una ocasión tan especial como el cumpleaños de Anya. Pero déjenme deciros que le tengo una gran sorpresa a la homenajeada, espero le agrade. Anya, por favor, acércate —mis piernas tiemblan y mi corazón se quiere salir. Es como un Dios griego, si en fotos era bellísimo, en persona es indescriptible—.  »Nuestras familias no siempre han estado de acuerdo en todo, en algún momento han sido enemigas. Pero esa no es razón suficiente para detenerme, por eso quiero preguntarte si me haces el honor de casarte conmigo —dijo mientras se arrodillaba y yo me quedé petrificada, jamás pensé que lo haría así.  —Por supuesto que sí —no creí que sonaría tan convincente, pero lo fue. —Permíteme ponerte el anillo y sellar nuestro compromiso oficial —sin darme cuenta se levanta y me da un beso.  Fue dulce pero frío, se notaba que no había ni una pizca de emoción en él. Sabía fingir muy bien el condenado. Me estremecí con su toque y un fuego se apoderó de mí al sentirlo contra mi piel, su respiración me quemaba, consumiendo y nublando todo mi ser. No sé si será bueno o malo ya que nunca he respondido así ante nadie. Se separa mientras todos nos rodean para felicitarnos, siento una gran opresión en el pecho. Agacho la cabeza y miro la bonita sortija que adorna mi dedo anular. Suspiro ya que al verlo a los ojos su frialdad y oscuridad me perturban; tengo el presentimiento de que a su lado muchas lágrimas caerán. Vuelvo a suspirar dándome ánimo ya que no hay vuelta atrás.  Patrick Estoy en la dichosa fiesta de la niña Dmitrieva, se supone que luego será el compromiso, que intentaré evitar por todos los medios.  Veo a mi hermana bajar las escaleras y me aproximo, ella debe ayudarme. —Ailín necesitamos hablar —digo serio.  —Vamos al jardín —dice de la misma forma.  —Preferiría el despacho si no es molestia, tendremos más privacidad allí —asiente con la cabeza. —Habla —va directo al grano.  —Te ves hermosa en tu nueva faceta, aunque está muy grande esa barriga —digo riendo.  —Será porque son tres. Si de esto querías hablar podemos hacerlo luego, hay una fiesta a la que debo asistir —la miro con fuego en los ojos.  —La verdad es que quiero pedirte un favor —alza una ceja—. Ya que estás casada con la cabeza de la familia Dmitriev y llevas sus hijos en tu vientre no hay necesidad para que deba comprometerme con Anya —me mira con los ojos aguados. —¿Fuiste tú? —dice comenzando a llorar.  —No te entiendo —contesto.  —¡¡Si fuiste tú el que montaste todo esto, vigilarme y la inseminación no consentida para que me embarazara de Nikolay!! —grita como posesa.  —No te alteres porque es malo para tus bebés —sonrío con sorna.  —Y supongo que como jamás haces nada sin planificar con tiempo, esto lo llevas pensando hace años —hace una pausa—. ¿Fue por eso que me traicionaste y le dijiste a papá lo de Gian? —me está sacando de quicio.  —No seas tan dramática que con lo de Gian te hice un favor —ruedo los ojos.  —¡¿Quién te dió derecho a decidir por mí?! ¡¿Sabes tú si yo quería embarazarme a la fuerza?! ¡Me has quitado todo Patrick, no solamente a mi primer amor, sino la posibilidad de elegir el momento para ser madre! —La amo pero me está llevando al límite con sus comentarios.  —Bien enamorada que estás de tu marido, los he visto comerse delante de todos y eso no lo hace alguien por compromiso hermanita. ¿O me dirás que no lo amas? —soy irónico al hablar.  —¡Por supuesto que lo amo con todo mi ser, pero debíamos decidir nosotros como agrandar la familia y por la manera convencional no así por una inseminación que casi destruye mi matrimonio! —sigue gritando, la miro y muevo la cabeza.  —Fue un fallo mío que no preví. Pensé que hablarías con él y que al explicarle ataría cabos dándose cuenta de todo. ¡Qué iba a pensar que serías tan estúpida de huir creyendo que tus hijos eran de otro! —Estoy bastante cabreado por el rumbo de la conversación. —¿Te justificas y crees que has hecho lo correcto? Me has traicionado dos veces y no te lo voy a perdonar —dice limpiando sus lágrimas.  —Eso no me importa, sé que me amas como yo a ti y el fin justifica los medios. No voy a casarme...menos por cumplir un estúpido acuerdo cuando tú ya lo estás y eso arregla todo. —no me va a fastidiar mis planes. —Pues no haré nada, no te lo mereces. Eres un egoísta que solo piensas en ti sin mirar más allá. Laura se avergonzaría si viera en lo que te has convertido —duele como la mierda lo que dice.  —¡No tienes derecho a nombrarla, por ella soy así! No volveré a cometer el error de entregar mi corazón para que lo destruyan —por supuesto que no. —¡¿Y por eso destruyes a los demás?! ¡¿Con qué derecho?! —si ella pudiera me cogería a golpes.  —Con el que me da ser tu hermano mayor y jefe de la Sacra. No pienso unir mi vida a ninguna mujer y tú estás enamorada, así que tan mal no me ha salido. Cumple con tu papel y toma mi lugar como debe ser. No he estado tantos años planificando todo, para que ahora quieras negarte. Si sabes lo que te conviene lo harás —digo autoritario.  —¿Y si no quiero, que? ¿Cómo osas amenazarme? ¡No me conoces Patrick y puedo destruirte en un abrir y cerrar de ojos! —está furiosa. —Claro que te conozco hermanita. Llevas varias asociaciones de caridad para las mujeres desamparadas, además de tus negocios de contabilidad. ¿Qué podría hacerme una mujer como tú a la que han alejado de nuestra vida? Solo sabes pelear y defenderte pero no eres rival para alguien como yo —soy arrogante al hablar. Antes de que pueda contestarme la puerta se abre de golpe y mi padre me coje a golpes. No entiendo cómo en un abrir y cerrar de ojos todo se fue al carajo. Luego de insultarme, golpearme, decirme que me quita de mi posición encumbrada y todo su apoyo; papá mira a mi hermana llorando mientras acaricia su barriga. Vuelve hacia mí y me da un ultimátum; o me caso en tres meses, o me deshereda y todo pasa a nombre de mi cuñado, incluido el ser líder de la Sacra. Intento hacerlo entrar en razón, pero cuando él dictamina algo, no hay poder humano que lo retracte. Tanto tiempo planificando para acabar con la soga al cuello, no puedo creerlo, y hablo resignado… —"Accetto il mio errore e per questo mi scuso con Ailín e anche con te Nikolay.  Sposerò mio padre, lo farò.  Tra tre mesi Anya sarà mia moglie.  Ora, se me lo permetti, andrò a fare l'annuncio e a consegnare l'anello" (Acepto mi error y por eso te pido perdón Ailín y también a ti Nikolay. Me casaré padre, lo haré. En tres meses Anya será mi esposa. Ahora si me permiten iré a hacer el anuncio y entregar el anillo). —Estoy roto y una llama de rencor se instala en mi pecho. Esa niñita caprichosa conocerá el infierno cuando nos casemos. Luego de tomarme tres whiskys de corrido para darme ánimo, subo a la plataforma sellando el acuerdo. Anya dice que se casará conmigo, pongo el anillo en su dedo y la beso tiernamente para disimular mi furia y frustración.  Ella ve la frialdad en mi mirada y tiembla. La miro por primera vez, es muy guapa, pero mi corazón está enterrado en el hielo a mucha profundidad. Debo alejarme de ella, de su toque, de su mirada dulce y de esos labios carnosos que me gritan que me apodere de ellos con ímpetu, que los penetre y haga míos al igual que a su cuerpo. Su roce provocó un escalofrío que surcó mi columna vertebral, por eso no podemos estar cerca.  —"Dannazione, tra tre mesi perderò la mia preziosa libertà.  L'affare è chiuso e non c'è niente da fare ora" (Maldita sea, en tres meses perderé mi tan preciada libertad. El trato está cerrado y no hay nada que hacer ya). 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD