Todo parece detenerse cuando el miedo nos aborda, observamos una escena en cámara lenta o nos quedamos paralizados en la espera de una reacción, una que no podemos realizar por que no somos dueños de nuestros cuerpos.
Una que nos congela...
Sara estaba consiente, sabía lo que estaba pasando a su alrededor, no abría los ojos por el miedo, enfrentarse a la situación como la que estaba atravesando, no estaba en la lista de deseos de su vida. No pensaba, no conectaba para reaccionar, pero ella sabía donde estaba y quién era el hombre que insistentemente gritaba su nombre.
- ¡Sara! - Enzo seguía gritando mientras sacudía el cuerpo de la joven, que se mantenía en el suelo tendida.
- Estoy bien - Susurró con poca fuerza.
- ¡Estas bien! - Repitió aliviado - Lo estás...
- Si... deja de g
