Todos permanecían sentados, Sara junto a Enzo, Carlos y Rodrigo en los asientos más cercanos a la cabina y en la parte de atrás estaba el mexicano y dos de sus hombres de confianza. La avioneta era pilotada por un joven que arribó en el lugar, horas después de ellos haber llegado.
El ambiente estaba en calma, a excepción de los ronquidos del mexicano y la conversación susurrante de la pareja. Los demás dormían mientras la avioneta se sacudía un poco más fuerte en algunas ocasiones. Sara apretaba la mano de Enzo en cada movimiento por la turbulencia.
- Tranquila, está todo bien - Él le sonreía complaciente, ella cerraba los ojos para buscar algo de serenidad. - Te extraño Sara - Susurró mientras acariciaba su rostro. - Anhelo tenerte.
La voz de él su mirada anhelante y esos labios gru
