Sara camina impaciente por un largo pasillo en la clínica en la que se encuentra Ainara, de un extremo se ve a Julián sentado en la sala de espera, del otro lado Enzo aguarda de pie. Cada vez que ella llega hasta el uno u otro mil pensamientos le recorren y no puede evitar derramar lágrimas en el proceso. Enzo se le acerca y toma su mano, le sonríe corto y ella no puede evitar derrumbarse en miedo y llanto. -Siento que todo esto es mi culpa, he cometido tantos errores en mi vida. -De que hablas, si eres la mejor mujer y madre que conozco, además no pudimos predecirlo, Ainara estaba bien, siempre ha estado sana. Mejor esperemos el resultado de los exámenes y no demos espacio a la duda y el miedo. Sara continúa caminando y cada tanto tiempo unos hombres ingresan para entregar detalles