- soy mayor que tu - espeto posando mis manos en su pecho, una acción que debilita mis ganas de patear una de sus bolas.
- ¿a quien le interesa?, eres mi mate, mi alma gemela, Mía - dice antes de posar sus labios sobre mi cuello, generando una sensación que conocía muy bien hace años.
- te vi con ella, los vi... ustedes estaban...- no logro dejar salir las palabras ante el nudo que se aproxima en mi garganta.
Su rostro abandona mi cuello, para ahora fijar su mirada en la mía, antes de que una de sus manos vayan a mi mejilla para con sus dedos intentar limpiar las lagrimas que ahora salen de mis ojos.
- eso fue un error, yo... no sabia que eras tu... - intenta explicar mostrando en su rostro la preocupación al ver como me ha afectado la maldita imagen que no puedo sacar de mi mente.
- ya sufrí una ves, no quiero volver a sentir ese dolor, no creo poder aguantarlo.
Siento como una de sus manos va hacia mi cintura para mantenerme quieta.
- no lo sentirás nunca mas, eres mi mate - dice acercando su rostro al mío.
- me lastimaste.
- hermosa, no quise, no sabia de ti, pero ahora se que eres mía, Mía, solo mía, y de nadie mas - y con esas palabras se aproxima a mis labios, uniéndolos en un beso desesperado por querer enmendar y prometer, algo que no estoy segura si lograra.