Isabela seguía con atención cada una de la palabra de Damián, por lo que despertaba a todos a las seis y cuarenta de la mañana. Pues dos días atrás, había varias chica que se habían saltado el desayuno solo para tener unos minutos más de sueño. De lo contrario, encontrarían a alguien más para reclamar sus comidas, pero poco sabían que había una deducción de puntos por este comportamiento.
Bajo la dirección de Isabela, todos se levantaron puntualmente a las seis y cuarenta de la mañana. Luego ordenaron el dormitorio antes de lavarse y prepararse. A las siete y quince ya habían tomado la comida en la cafetería.
Al mismo tiempo, habían enviado a Naomia para que entrara en el despacho del instructor y se enterara de las últimas novedades. Sin falta, ella seguía aportando noticias plausibles
