Para cuando Isabela volvió a sus cabales, notó de repente un leve chupón en el cuello, y su cara se puso roja en un instante. > Todo el mundo se levantó de repente y un sinfín de ojos miraron en esa dirección. Agalia se dio cuenta de que Isabela se miraba en el espejo del campo de entrenamiento, así que arrastró a Willy a propósito hacia el espejo. —¿Quiero comprobar mi ropa en el espejo , Willy?. Los dos procedieron a caminar de la mano hacia el espejo , junto a Isabela, situándose muy cerca de esta a propósito. Agalia saludo a Isabela como siempre y le dijo: —¡Buenos días, Isabela! — ¡Buenos días.— Isabela contestó concisamente, que al parecer no se había dado cuenta de que la pareja estaba a su lado. Siguió mirándose en el espejo, y sus ojos se abrieron de par en par cuando s

