Sin embargo, después de mirar durante un rato , todo lo que pudo ver fueron sus pequeñas y regordetas manos bailando sobre las pantallas haciendo un sonido repiqueteante. Las imágenes que aparecen en la pantalla era riquísimo y bellísima. Ella no tenía la menor idea de lo que estaba ocurriendo aunque su mirada hubiera hecho un agujero en la pantalla.
La niña al fin descanso las mano por un momento. Se dio la vuelta y miró a Isabela, que miraba con los ojos muy abiertos a la pantalla, con una mirada desdeñosa.
—¿que tú gusta este estilo? ¿Puedes entender lo que estoy transmitiendo en ella?
De hecho, no podía entenderlo en absoluto. Después de todo, era una estudiante de humanidades.
Se le abrió la boca, justo cuando iba a decir algo, alguien llamó a la puerta y se oyó la voz de Damián d
