En cuanto Damián se fue, Isabela tuvo que contenerse. Por fortuna, tenía otra identidad: estudiante de la universidad quisqueya. La universidad era el mejor de la cuidad Haití, y hacían hincapié en la educación de los estudiantes, por lo que no permitían que sus alumnos se saltaran las clases, como en otras universidades.
También tenía un sistema de créditos y reglas escolares muy estrictas, por lo que cualquier que violación de esas reglas conllevaba una deducción de créditos. No importa quien fueras, porque aquellos que despreciaran la universidad, tuvieran problemas de disciplina, o incluso obtuvieran malas notas, serían expulsados de manera inmediata sin excepción.
No importaba lo ricos y poderosos que fueran, una vez expulsados, no habría vuelta atrás.
Así Isabela se sentía más seg
