Capitulo 2

1105 Words
💼 Capítulo 2 Punto de vista de Alexander No me gustan los cambios. Tampoco las caras nuevas. Cada vez que alguien entra a esta empresa con una sonrisa demasiado grande y un “gracias por la oportunidad”, ya sé que voy a tener que perder el tiempo en evaluaciones, reportes, disculpas… o despidos. Por eso, cuando Andrea me dijo que la nueva asistente ya estaba instalada, solo asentí sin levantar la vista del informe que tenía entre manos. No necesitaba verla. No necesitaba conocerla. Solo necesitaba que hiciera su trabajo y no estorbara. La gente cree que tener poder es sinónimo de comodidad. Pero no hay nada más falso. Tener poder significa que no puedes fallar. No puedes vacilar. Y no puedes confiar en nadie. Ni siquiera en ti mismo. --- Entré a mi oficina a las 9:24. Andrea había dejado la puerta entornada, lo cual me molestó. Detesto las puertas a medias. O están abiertas, o están cerradas. Como las personas. Como los compromisos. Como las decisiones. Mi oficina estaba exactamente como la dejé anoche: ordenada, precisa, impersonal. Me gusta que el espacio trabaje para mí, no al revés. No tengo fotos familiares, ni plantas, ni objetos inútiles en el escritorio. Solo lo necesario. Y aún así, todo se ve costoso. Elegante. Intimidante. Como yo. O eso dicen. Pasé frente al vidrio que separa mi oficina de la externa. Ahí estaba ella. La nueva. --- Pensé que no me importaría. Pensé que solo sería otra más. Pero cuando la vi… algo se encendió. No fue su rostro. Aunque era bonito. Ni su cuerpo, aunque se notaba bajo ese blazer barato. Fue su reacción. Me vio y se levantó de golpe. Torpe, nerviosa. Golpeó la rodilla con el escritorio. Y aún así, no desvió la mirada. Eso me detuvo. Por un segundo. Por menos de un segundo. La mayoría baja la vista. Se encoge. Balbucea. Ella no. Tenía miedo, sí. Lo vi en su respiración agitada, en cómo apretaba los labios. Pero también tenía fuego. Ese tipo de energía que te da ganas de acercarte un poco más, aunque no tenga sentido. Y eso me jodió. Porque no me gusta sentir nada que no pueda controlar. —¿Usted es la nueva? —pregunté, sabiendo que ya conocía la respuesta. —Sí, señor. Elena Marín. Es un placer… No le di la mano. No le sonreí. Solo la miré. Directo. Como se mira a un desafío. —Espero que sepas lo que estás haciendo. No tengo tiempo para entrenarte. Ni para errores. Y me fui. Tenía miles de cosas por resolver. Cierres financieros. Reuniones con socios. Un almuerzo con el vicepresidente de una empresa francesa que busca absorbernos. Pero durante todo el día, no dejé de pensar en ella. --- A la hora del almuerzo, entré a mi despacho con una bandeja en mano. No como en restaurantes. No salgo con nadie del trabajo. No comparto tiempo innecesario. La gente se confunde cuando cree que comer con alguien es un acto neutro. Comer es íntimo. Y yo no dejo que nadie entre a mis espacios íntimos. —Alexander —entró Andrea sin tocar. Esa es la única persona que puede hacerlo. Porque me conoce desde hace más de quince años. —Dime. —La nueva es eficiente. Rápida. Ordenó toda tu agenda para la próxima semana. Incluso identificó que había una reunión agendada dos veces por error. —¿Y? —Solo te lo digo porque… bueno. No pensé que funcionaría tan bien. No dije nada. No quiero que Andrea crea que necesito saber más. No quiero que nadie piense que estoy prestando atención. Pero lo estoy haciendo. Más de lo que debería. --- A las 5:32 p. m., salí de una reunión pesada. Dos socios discutiendo por porcentajes de acciones. Tonterías. El dinero vuelve estúpida a la gente. Y yo he aprendido a ver detrás de las sonrisas falsas. Cuando entré a la oficina, la encontré otra vez ahí. Elena. Con el cabello suelto ahora. Con las mangas de la blusa enrolladas hasta los codos. Con los ojos fijos en la pantalla, pero el ceño ligeramente fruncido. Concentrada. Demasiado concentrada. Y no me vio entrar. La observé. Diez segundos. Veinte. Treinta. Y cuando notó mi presencia, alzó la cabeza de golpe. —Perdón… no lo vi… —dijo, un poco apurada, bajando el volumen del computador. —¿Qué estás revisando? —El informe de gastos del área de innovación. Hay algo extraño en los valores del mes anterior. Una compra repetida con doble facturación. Estoy cotejando con los comprobantes. La mayoría de asistentes no se mete en eso. La mayoría no se arriesga a revisar informes financieros. —¿Te lo pidieron? —pregunté, cruzando los brazos. —No. Solo lo noté y me pareció raro. Puedo estar equivocada… No lo estaba. Yo sabía de esa irregularidad. Era una prueba para evaluar la auditoría interna. Y ella lo había visto. En su primer día. Interesante. --- Me quedé en silencio unos segundos. Su respiración se volvió más rápida. Su mirada bajó, por primera vez. Estaba nerviosa. Pero se estaba esforzando en no parecerlo. —Andrea tiene razón —dije al fin, sin cambiar el tono—. Eres eficiente. Ella levantó la vista, sorprendida. —Gracias, señor. Me di media vuelta. Iba a regresar a mi oficina. Pero justo antes de entrar, me detuve. No sé por qué lo hice. Tal vez fue un impulso. O tal vez me estoy jodiendo poco a poco. —No trabajes más de lo necesario. —Dije sin girarme—. Nadie lo va a agradecer. Y cerré la puerta tras de mí. --- Esa noche no dormí. No por ella. Eso es lo que me repito. No por ella. Pero la verdad es que, cuando estaba en la ducha, con el agua ardiendo sobre mi espalda, recordé su voz. Su forma de moverse. El detalle de cómo mordía el lápiz mientras revisaba el informe. Y sentí una punzada. No de deseo. No aún. Fue otra cosa. Fue intriga. Y eso, en mi mundo, es más peligroso que el deseo. Porque el deseo se controla. Pero la intriga… te consume sin que te des cuenta. --- Al día siguiente, llegué temprano. Más temprano de lo normal. Solo para ver si ella ya estaba. Y ahí estaba. Con café en mano. Con una carpeta bajo el brazo. Y con la misma expresión decidida que me desconcierta. Y antes de entrar, me quedé mirando el reflejo en el vidrio. Y pensé: “Esto no es buena idea.” Pero también pensé: “Ya no puedo evitarlo.”
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD