Capítulo 4

1487 Words
ThinWilly77 se puso furioso. ¡Imbécil! Elegí el siguiente nombre de la lista, CraigUK, e intenté convencerlo para un show privado, pero sin éxito. Esta rutina se prolongó durante las siguientes dos horas. No logré convencer a nadie, pero al menos conseguí 20 fichas enseñando mi calzón chino y mostrando la chica pin-up pechugona que llevaba tatuada en el culo. Lo estaba haciendo mejor que de costumbre, pero esto no iba a funcionar. Tenía que ganar más dinero rápido o mi vida estaría jodida (o, para ser precisos, más jodida). Me pareció extraño que otras tres personas preguntaran por mi hijo. Intenté no darle vueltas a cómo se hinchó la punta de Jesse justo antes de que su semen saliera disparado sobre mi pecho. Negué con la cabeza y revisé la corta lista de visitantes que rondaban mi sala de preestreno con la esperanza de echar un vistazo gratis. BeaverMan seguía allí, sin decir nada. Me tomé un descanso y fui al baño. No me molesté en ponerme una bata como solía hacer cuando Jesse estaba en casa, pero después de lo que había visto ayer, parecía que no importaba. De todas formas, seguía profundamente dormido en su habitación. El muy vago. La única ventaja de la ropa interior de hilo dental es que no tienes que bajártela para orinar; es más fácil simplemente apartarla. Hice pis largo y tendido, me limpié y fui a la cocina. Era demasiado temprano para beber, pero de todos modos revisé qué teníamos. No había cerveza; me había acabado el vodka la otra noche; y la caja de vino estaba en la papelera. Revisé el armario sobre la estufa y encontré un botellín de aguardiente de canela. Miré la hora en el microondas. 11:54. Casi. Abrí la tapa y me la bebí de un trago. —Dios mío, mamá. Ponte algo de ropa, carajo. No quiero ver tu viejo y arrugado trasero a primera hora de la mañana. Si hubiera sido una buena madre, mi primer instinto habría sido cubrirme. No me molesté. —¿Y cuándo quieres verla? —No conseguí sacarle una carcajada—. Y, por cierto, es a primera hora de la tarde, vago. A pesar de su aparente disgusto por ver el cuerpo semidesnudo de su madre, no pudo resistirse a mirar mis tetas levantadas y mi coño apenas cubierto. —Como sea. —Sacó la leche del refrigerador y agarró la caja de Lucky Charms—. ¿Te gustaría que anduviera por aquí con la polla colgando? —Adelante. —Tiré el biberón vacío al fregadero, encima de la pila de platos sucios que ya había—. A mamá le encanta tu chupete, cariño, deberías presumirlo más —bromeé con mi voz de bebé. —Qué asco. —Sirvió la leche y empezó a tomar una cucharada de caramelo que parecía un desayuno nutritivo—. Al menos aféitate ese maldito vello. Me miré la entrepierna. Mi vello púbico se desbordaba por encima del microtanga, y se veían rizos a ambos lados. —Que te jodan, pequeña mierda, me lo recorté esta mañana. —Podrías haberme engañado, Sasquatch. Tenía que admitir que me estaba poniendo un poco cachondo presumir de vello púbico ahí mismo en la cocina con mi hijo mirándolo de reojo cuando creía que no me daría cuenta. O quizás era solo el aguardiente de canela lo que me calentaba por todas partes. —Escucha, tenemos que hablar. No me pongas los ojos en blanco, esto es serio. —Sé lo que vas a decir, y ya te dije que hoy voy a buscar trabajo. ¡Déjalo ya! —Qué bien —dije al sentarme en la mesa frente a él—. Pero quería hablar de otra cosa. —¿De acuerdo? —Sus ojos se posaron en mi escote artificialmente amplio. —Sobre lo que pasó ayer. —No lo hagamos y digamos que sí. —Miró su cuenco y siguió palando. —Logramos ganar una buena suma de dinero. —Yo lo hice, tú lo conservaste. —No seas imbécil. Sabes para qué es ese dinero. Y yo hice mi parte para ganármelo. —No traías mierda moviendo el culo frente a la cámara hasta que me uní. —Está bien, no puedo discutir eso. —Era imposible predecir qué haría, así que simplemente lo solté—. Y por eso quiero que hagas otro programa conmigo. —¡Joder, mamá! —Dejó caer la cuchara y apartó el tazón—. Ya es bastante malo que me hayas metido en tus perversiones sexuales una vez, ¿y ahora quieres hacerlo otra vez? ¿Qué tan maldita sea? Oye, no hago todo esto para divertirme. No es así, Jesse. Se trata de hacer lo que tengo que hacer para mantener a esta familia. —Sí, mamá, tienes una familia genial. —Escucha, sabes lo que está en juego. Obviamente no te habría disgustado tanto todo esto o no habrías gastado tu fortuna tan rápido como ayer. —No tenía una respuesta sarcástica para eso—. Solo tienes que aguantarlo quince o veinte minutos, y nos quedaremos con la casa. Además, te hago una paja gratis. ¿Qué tiene de malo? Me miró y negó con la cabeza. —Si no es para tanto, ¿por qué no llamas al abuelo a ver si viene a tocarte el coño delante de una cámara y de todo el mundo?. —¿Sabes por qué? Porque a tu abuelo se le pasó el interés en hacerme eso cuando cumplí veintiún años. —Se me encogió el corazón al oírme decir eso. Nunca le había contado a nadie lo que me había hecho de pequeña. —Dios mío, mamá... —Jesse se tomó un momento para ordenar sus pensamientos después de esa pequeña bomba—. Bueno, mira, entiendo que necesitamos el dinero. Pero solo haré esto hasta que tengamos suficiente para pagar la hipoteca o consiga trabajo, lo que ocurra primero. —Eso es todo lo que pido. Y quiero mi parte. Si me vas a prostituir así, al menos quiero poder comprar suficiente whisky para olvidar que mi madre me está masturbando para un grupo de maricones pervertidos. —Si así tiene que ser. ¿Te parece justo un veinticinco por ciento? —Sí, lo que sea. —¿Te das cuenta de que al tomar ese dinero para ti solo vamos a tener que hacer más shows para compensar la diferencia? —Hoy conseguiré un trabajo, así que no importará. —Está bien, entonces, vámonos. Es hora del espectáculo, muchacho. —¿Ahora mismo? —Has estado mirando las tetas de mamá todo este tiempo, ya debes estar bien duro. Maldita sea, ¿qué pasa con esa estupidez de mamá? No tengo doce años, ¿sabes? —Lo sé, pero los maricones pervertidos pagan extra por ello. Llevé a mi hijo, que estaba reticente, a mi habitación y preparé todo. Empezaríamos una exhibición colectiva en cuanto reuniéramos 300 tokens. Solo nos tomó unos cinco minutos de provocación y seducción antes de que los tokens empezaran a llegar y más usuarios aparecieran y se quedaran. Incluso ThinWilly había vuelto. Estábamos estancados en torno a los 200 tokens hasta que BeaverMan415 finalmente dio un paso al frente y donó 100 a la causa, convirtiéndose en el mejor postor. Sentía un cosquilleo en el estómago. Intentaba no reconocer cuánta de esa excitación provenía de la anticipación de tener de nuevo la polla de mi hijo en mis manos. Una buena madre se habría centrado en el dinero, no en el inminente baño de semen que estaba a punto de recibir de su guapo chico. Empecé el espectáculo fingiendo ser una stripper para Jesse. Lo senté y moví mi cuerpo seductoramente frente a él. Las preguntas de la galería de cacahuetes comenzaron de inmediato, y tuve que responderlas mientras hacía lo mío. —Sí, es mi hijo biológico de verdad. —Bailé entre las rodillas estiradas de Jesse mientras él permanecía sentado con aire estoico—. Se llama... Cody. —Se removió incómodo al verme apretar las tetas a través de mi lencería barata—. Él tiene 18, yo 44. —Moví el trasero hacia "Cody" como una bailarina de regazo pasada de moda—. No, no vamos a follar. Mami le va a hacer una buena paja a su bebé. —Lo encaré y giré mientras hacía un pequeño ejercicio de sacudidas y roces—. Anda, Cody, sácalo por mami. Jesse, con la mandíbula apretada, se quitó los calzoncillos y los apartó de una patada. Su pene se irguió. Podría fingir que no lo disfrutaba todo lo que quería, pero esa erección contaba otra historia. —Así es, Oscuro, mi chico sí que tiene una polla enorme. —Me facilitó mucho las cosas no tener que fingir excitación como hacía cuando hacía uno de estos shows sola.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD