Capítulo ocho.
Adora crujió su taco, y luego se limpió la salsa picante de sus labios. —¿Dónde está tu cita?
Dominic Crammer masticó un bocado mientras levantaba su teléfono de la mesa. Hizo clic en un par de botones. Después de tragar, dijo, —Cinco minutos fuera.
—¿Cómo se llama?
—Ballantine.
—¿Es un nerd como tú? Adora bebió su Coca-Cola a sorbos.
—No hay empollones como yo.
—¿Cuál es su especialidad?
—Ninguno todavía. El segundo año en Stanford es cuando normalmente deciden.
—¿Es uno de tus tardíos? ¿Cómo voy a enganchar a este tipo?
—Me sorprende que te hayas acordado de esos pequeños bichos.
—Me sorprende que estés sorprendido. Soy, después de todo, un profesor altamente capacitado especializado en delincuentes juveniles. Empezó con otro taco. —Y puedo buscar en Google. Tin
