Christian Goldman Después de exactamente tres horas nos estábamos bajando del avión, mi hermana, mi sobrino y yo, mientras esperábamos el equipaje, el pequeño Cris se sostuvo de nosotros, levantando sus piecitos, cualquiera que no nos conociera, podía pensar que éramos una familia, la cabeza de mi sobrino estaba cubierta con un gorro por lo cual no eran visibles el color de sus cabellos. —Papi, po favo levántame —me dijo. Ante sus palabras mi hermana y yo nos miramos sorprendidos, porque con anterioridad no me había dicho así. No lo refuté, lo levanté y él me explicó en un susurro. —Yo te dile así hasta que tenga mi papá ¿Puedo? —pronuncio mi sobrino, quién a pesar de tener un poco menos de tres años hablaba muy claro, solo le constaba pronunciar las r. —Está bien, no hay problem

