Cuatro días pasaron en un alegre borrón. Rocío estaba pasando el mejor momento de su vida. Se sentía viva. Los dos se besaban y se acariciaban cada vez que tenían la oportunidad. Haciendo que el hambre y el deseo mutuo aumenten un poco. Incluso John no pudo evitar envidiar la dulzura que emanaba de la pareja. Lo hicieron tan obvio que comenzó a sentirse como una tercera rueda. Aunque Rocío le aseguraría a John que él no era una tercera rueda, Chris lo miraría y le preguntaría si quería una nueva oficina, lejos de ellos. Chris estaba feliz y enamorado. Pero también al límite. Había cometido algunos errores al principio que no sabía si Rocío lo perdonaría cuando o si se enterara. Mientras estaba en su oficina, Chris respiró profundamente mientras pensaba en su futuro con Rocío. Si se su

