¿Qué le pasa al quarterback?

483 Words
—Hudson, pasa el balón a Ares! —Ares era el tight end y estaba justo al lado de Hudson, con un hueco increíble justo delante. Entonces el quarterback (Hudson) decidió ignorar completamente lo que yo había dicho y lanzar el balón a Kai (nuestro halfback). Naturalmente, la línea de defensa barrió a Kai como si nada. —¿Qué le pasa al quarterback?— pregunté a mi padre que se limitaba a observar mi frustración. —La línea de defensa lo ha hecho genial.—se burló de mí. —El maldito quarterback, lleva haciendo la misma jugada desde que ha empezado el entrenamiento.—le señalé mientras ayudaba a Kai a levantarse del suelo.—No escucha lo que le digo. —Entonces tendrás que hablar con él.— se puso en pie haciendo uno de esos ruiditos que le recordaban su edad.—¡Hemos terminado por hoy! Todo el equipo se fue hacia las duchas, aquello me molestó profundamente, ya que a mi padre le obedecían sin dudarlo. —¡Hudson!—tomé su brazo para detenerle.—Tenemos que hablar. —¿Por qué?—dijo quitándose el casco. —Lo único que haces es pasarle el balón a Kai, ignoras mis jugadas.— crucé los brazos para que mi enfado quedase claro, pero quedaba poco intimidante al tener que mirar hacia arriba para verle la cara. —Kai ha tenido un mal día, la defensa la tenía tomada con él.— se quitó el casco dispuesto a marcharse, ni siquiera ahora estaba escuchándome. —Hey,— le quité el casco de las manos.—si la defensa iba a por el halfback es porque tus jugadas son predecibles.—puso los ojos el blanco haciendo que me inundasen instintos homicidas.—Vas a hacer lo que digo o ya puedes despedirte de tu puesto de quarterback. —Tus jugadas nos harán perder.—alcé una ceja.—Ares es un inútil, en cuanto le pase el balón lo perderá. —Eso no lo sabremos hasta que no le pases el balón.—contesté sonriente. —Lo que tú digas "entrenadora".—no me gustó nada el tono que había usado.—Nos vemos mañana.— echó a correr hacia las duchas, ya habían salido todos sus compañeros. Me dediqué a insultarle en voz baja mientras guardaba todas mis cosas en la mochila. Entonces me di cuenta de que aún tenía su casco. Fui al vestuario y llamé a la puerta (técnicamente, al ser entrenadora, no tenía porqué hacerlo). —Adelante.— al entrar encontré a Hudson recién salido de la ducha tapado con una toalla. —Tu...—que me temblase la voz así, me quitaba bastante credibilidad.—tu puto casco, no olvides la jodida equipación.—tiré el casco a sus pies para finalizar una actuación tan terrible que ni yo me la había creído.
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