Adam había reservado dos habitaciones, una al frente de la otra. Luego de una majestuoso festín en el que comí cosas muy ricas, fuimos a comprar algunas prendas de ropa para mí, tomé un lindo vestido para nuestra boda y él ya tenía su ropa, ciertamente elegimos anillos al azar, pero muy hermosos. No sé porqué elegimos anillos, creía que no era necesario usar las alianzas y yo solo la usaría al llegar a Corea, era decisión suya si quería seguir usando la suya. Luego de la cena me despedí de él y me fui a descansar a mi habitación, en aquella cama tan cómoda encendí la televisión un rato y luego me empecé a dormir. Mi cabeza tomó una posición muy incómoda y aquello hizo que me despertara. Mañana en la mañana nos casaríamos, Adam aceptaría ser mi esposo donde aquello solo me daba benef

